Científicos de Cincinnati (Ohio) han desarrollado los organoides de estómago más complejos hasta la fecha, utilizando células madre embrionarias.
La biología de tejidos y órganos es difícil de estudiar en mamíferos, especialmente en los seres humanos. Sin embargo, los avances en el cultivo de células madre han permitido generar tejidos tridimensionales minúsculos in vitro, llamados organoides (ver más). Estos modelos de órganos reproducen algunos de los distintivos anatómicos e incluso funcionales de órganos reales en una escala reducida (entre el micrómetro y el milímetro), permitiendo realizar multitud de estudios sin tener que acceder al órgano real en el organismo.
Tanto células madre adultas como células madre pluripotentes pueden emplearse para generar distintos tipos de organoides, que pueden modelar tejidos y órganos muy diversos: retina, estructuras cerebrales, regiones gástricas, intestino delgado, hígado, páncreas, tráquea, esófago, próstata, riñón, glándula mamaria y un largo etcétera de organoides que ya han sido generados.
Ahora, un artículo publicado en Cell Stem Cell informa de la generación de miniestómagos complejos in vitro. Como explica Investigación y Ciencia, muchos organoides estomacales están formados únicamente por células epiteliales, la base del tejido que recubre las cavidades corporales. La novedad del trabajo que comentamos radica en que los organoides obtenidos incluyen nervios que coordinan la contracción muscular y glándulas productoras de ácido.

Organoide renal derivado de células embrionarias, tras su trasplante a un ratón. [Emi Yoshizawa y Takanori Takebe]
Desde el punto de vista ético, hay diversos aspectos a considerar en el campo de la generación de organoides, muchos de los cuales tienen que ver con el tratamiento de muestras, como el consentimiento informado de los donantes de células. Asimismo, una cuestión muy sensible es qué tipo de célula madre se utiliza para desarrollar los miniórganos. Como en muchas otras tecnologías que implican el uso de células madre, una línea ética divisoria es si esas células madre son embrionarias o no. La obtención de células madre embrionarias implica, al menos en primera instancia, la destrucción de embriones humanos, por lo que su uso es éticamente inaceptable. En cambio, el uso de células madre adultas o células iPS (un tipo de células semejantes a las embrionarias pero que se obtienen a partir de células adultas) no involucra la destrucción de embriones.
En el artículo que comentamos se afirma que se han utilizado tanto células embrionarias como células iPS humanas. Aunque el avance en esta tecnología puede ser muy útil tanto para investigación básica como para futuras aplicaciones médicas, en ningún caso puede pasar por la destrucción de embriones humanos. Si bien es cierto que en la investigación no se emplearon embriones humanos, sino que se compraron líneas celulares embrionarias establecidas con anterioridad, este tipo de prácticas favorecen que se perpetúe la investigación con embriones. Resulta notorio, además, que los autores del trabajo señalan que no han encontrado ventajas técnicas del uso de un tipo celular sobre el otro, por lo que ni siquiera desde una perspectiva utilitarista podría justificarse en este caso el uso de las células madre embrionarias.
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