Células madre medicina regenerativa obtenidas por partenogénesis que es la técnica que ha permitido obtener células pluripotentes a partir de ovocitos en los que se ha promovido su división sin que hayan sido fecundados por un espermatozoide.

Una nueva posibilidad y un nuevo dilema bioético

Introducción.

Una reciente sentencia del  Tribunal de Justicia europeo avala la posibilidad de patentar células troncales procedentes de óvulos cuyo desarrollo ha sido estimulado sin fecundación, con la condición de que no se pueda convertir en un ser humano1.

La empresa  Stem Cell Corporation (ISCO) ha presentado a las autoridades correspondientes en Reino Unido dos solicitudes de patente referidas a una tecnología que produce células madre a partir de óvulos activados sin esperma, mediante técnicas químicas y eléctricas, por el proceso conocido como partenogénesis.

Londres denegó ambas solicitudes acogiéndose a un fallo del Tribunal de Justicia de 2011. Pero la compañía recurrió alegando que las restricciones de patentabilidad que fija este fallo no se aplican a su tecnología puesto que, a falta de ADN paterno, el óvulo activado no es capaz de convertirse en un ser humano.

El fallo favorable a la empresa se basa en que “para poder ser calificado de embrión humano, un óvulo humano no fecundado debe tener necesariamente capacidad intrínseca para convertirse en un ser humano». «Por consiguiente, el mero hecho de que un óvulo humano activado mediante partenogénesis inicie un proceso de desarrollo no es suficiente para considerarlo un embrión humano», tal como expresa la sentencia.

Pero, ¿qué es la partenogénesis?

La peculiaridad reproductiva llamada »partenogénesis», que se da de modo natural en algunos reptiles y animales inferiores, fue inducida artificialmente por primera vez en erizos de mar en 1899 por el científico germano-estadounidense Jacques Loeb (1859-1924).

Loeb produjo embriones de erizos de mar en desarrollo, sin ser fertilizados, sumergiéndolos en soluciones salinas adecuadas2.

El desarrollo posterior de esta técnica ha permitido conseguir células troncales pluripotentes a partir de ovocitos en los que se ha promovido su división sin que hayan sido fecundados por un espermatozoide.

Los ovocitos de mamíferos pueden activarse artificialmente empleando una variedad de estímulos que les permiten completar la segunda meiosis y eliminar el corpúsculo polar, o conservarlo además de la otra mitad de la dotación genética del óvulo como pronúcleo 3,4,5.

Esto implica que podemos obtener mediante estas técnicas ovocitos “diploides”, es decir, con el doble de cromosomas de un ovocito normal, sustituyendo la aportación genética del espermatozoide por una estimulación de la duplicación de los propios cromosomas del ovocito.

En determinadas condiciones este “ovocito diploide” o “partenote” puede comenzar su división originando algo muy parecido a un embrión (“embrioide”)6, del que se diferencia por pequeños pero trascendentes cambios en determinados genes.

Estos cambios se deben a la ausencia del aporte genético paterno, que proporciona una impronta genética al cigoto imprescindible para su evolución posterior.

El aporte genético paterno

El material genético que el espermatozoide aporta en el proceso de la fecundación posee características peculiares, diferentes de las del ovocito, que se han venido en denominar “impronta parental”. La ausencia de esta firma genética paterna hace imposible la evolución normal del embriode o partenote obtenido de la estimulación del ovocito. Concretamente, en ratones se han identificado dos regiones que contienen los genes H19 y Igf, que se expresan de modo diferente en los genomas procedentes del ovocito y el espermatozoide, por mecanismos epigenéticos de metilación de las citosinas del DNA.

¿Es posible obtener individuos resultantes de partenogénesis?

El arranque del proceso de desarrollo en un cigoto que le conducirá a constituir un individuo de la especie de que se trate, necesita de la impronta genética paterna aportada por el espermatozoide, como se ha indicado.

Pero, ¿sería posible modificar genéticamente el partenote para asimilar su genoma al de un cigoto normal? Aunque hoy parece alejado de las posibilidades reales, no parece imposible que esta modificación genética llegue a lograrse en no mucho tiempo. Quizá podría abrirse el camino a una reproducción asexual, en la que la hembra dejaría de necesitar al macho, para producir solo hembras.

Posibilidades de la partenogénesis en la actualidad.

Se han realizado en animales experiencias de partenogénesis de las que se han derivado células troncales pluripotentes, Estas líneas celulares se han podido diferenciar hacia células nerviosas o musculares y grasas en macacos, abriendo la posibilidad de su utilización en terapia regenerativa7.

La limitación de la posible terapia regenerativa obtenida tras partenogénesis en humanos estriba en que se dirige solo hacia mujeres, en las que se evitarían los procesos de rechazo inmunológico por tratarse de células con un genoma idéntico al de la mujer donante de los ovocitos.

Aspectos bioéticos de la partenogénesis.

La solicitud de autorización para registrar patentes de las células madre medicina regenerativa obtenidas tras procesos de partenogénesis, indica que las posibilidades de aplicación en clínica son reales.

La definición de si un partenote es o no un individuo de la especia humana es un tema no cerrado, máxime si es posible la modificación genética posterior que lo “asimile” a un cigoto obtenido de forma natural. Sin estas manipulaciones posteriores, parece que no puede afirmarse de un partenote su naturaleza humana, pero la polémica está servida.

Por otra parte, la necesidad de la obtención de ovocitos de mujeres para experimentación y derivación de las líneas celulares utilizables en clínica, requiere los conocidos procesos de estimulación ovárica, no exentos de riesgos y efectos secundarios.

Los defensores del método partenogénico afirman evitar el problema ético que supone la clonación para la obtención de embriones de los que se puedan derivar líneas celulares útiles en terapia regenerativa. En el caso de la clonación, así como en la utilización de embriones obtenidos por fecundación in vitro, estos deben ser destruidos para la obtención de las células troncales, lo que implica la destrucción de seres humanos.

No sería este el caso, según afirman los partidarios de la partenogénesis, una técnica en la que el partenote no sería considerado como ser humano8.

 

 

Miembro del Observatorio de Bioética UCV

Julio Tudela

Onbservatorio de Bioética UCV

[1] http://static.correofarmaceutico.com/docs/2014/12/18/celulas_madre.pdf

2 Loeb J.  On the nature of the process of fertilization and the artificial production of normal larvae (plutei) from unfertilized eggs of the sea urchin. Am J Physiol 1899;3:135–8.

3 Ozil, J.P. (1990) The parthen genetic development of rabbit oocytes after repetitive pulsatile electrical stimulation. Development 109, 117-127

4 Vitullo, A.D., Ozil, J.P. (1992) Repetitive calcium stimuli drive meiotic resumption and pronuclear development during mouse oocyte activation. Developmental Biology 151, 128-136;

5Ozil J.P., Huneau D. (2001) Activation of rabbit oocytes: the impact of the Ca2+ signal regime on development. Development 128, 917-28.

6Lopez N. La  partenogénsis: sin el glamour de la clonación. Cuadernos de Bioética 2004;3:405-415

7Vrana et al. (2003) Nonhuman primate parthenogenetic stem cells. Proc. Nat. Acad. Sci, 100, 11910-11916.

8Fangerau H. Can artificial parthenogenesis sidestep ethical pitfalls in human therapeutic cloning? An historical perspective. J Med Ethics 2005;31:733–735. doi: 10.1136/jme.2004.010199