No cabe duda que la terapia celular es una de las más prometedoras posibilidades para tratar graves enfermedades que hasta ahora no tenían un adecuado tratamiento o éste era limitado.
Desde un punto de vista ético es muy importante definir las posibilidades de uso de los dos principales tipos de células pluripotentes, las cellas madre embrionarias y las células iPS, pues la utilización de las primeras tiene objetivas dificultades éticas y no así las segundas.
El pasado mes de agosto se publicó en Science (345; 1247391) DOI: 10.1126/science, 1247391) una magnifica revisión sobre la utilización de células madre pluripotentes para tratar diversas enfermedades, especificando los logros alcanzados y las dificultades que todavía existen para su uso clínico generalizado.
Se comenta que la diabetes, algunas enfermedades hepáticas neurológicas, enfermedades de retina y posiblemente cardiacas, son las que más cerca están de poder ser tratadas con terapia celular.
Uno de los aspectos en que hay que profundizar es determinar el tipo celular que hay que usar en cada caso y el lugar del implante, para solventar las limitaciones de la migración de las células trasplantadas y su integración en el tejido que se quiere regenerar. También será necesario solventar los problemas de rechazo inmunológico. Sin embargo, si se utilizan células del propio paciente, como puede ser el caso de las células iPS, que se pueden derivar de células somáticas adultas del propio enfermo, los problemas de rechazo inmunológico pueden reducirse sustancialmente.
En resumen, una magnifica revisión que puede ser útil para aquellos que deseen conocer la situación actual de terapia celular, especialmente para la diabetes, enfermedades hepáticas, neurológicas, retinianas, musculares y cardiacas.
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