Desde un punto de vista ético, lo más importante es que estos órganos bioartificiales se podrían producir a partir de células iPS lo que tiene también la ventaja ética de que para su producción no se requiere destruir embriones humanos.
Un tema con gran componente ético es la posibilidad de producir órganos bioartificiales, pues seguramente estos podrán sustituir a los órganos donados para trasplantes, generalmente muy escasos, y también podrán ser utilizados como herramienta para evaluar nuevos fármacos tratar graves enfermedades, así como para profundizar en su conocimiento.
Ahora se comunica (Nature, doi:10.138/nature.2014.16229) que investigadores del Hospital Infantil de Cincinnati, Ohio, han conseguido producir órganoides similares al estómago humano. Lo han hecho a partir de células madre pluripotentes lo que es un avance significativo hacia la producción de órganos bioartificiales.
Al parecer, hasta la publicación de este trabajo nadie había podido producir organoides de estómago humano, por lo que, sin duda, es un importante avance médico,conseguido por el equipo de Cincinnati, pues utilizándolos se podrían estudiar problemas médicos tan importantes como las infecciones crónicas producidas por la bacteria H. pylori, que es el primer causante de la úlcera gástrica y del cáncer de estómago.
También se podrían utilizar para producir y experimentar nuevos fármacos, e igualmente para profundizar en el conocimiento de diversas enfermedades estomacales.
Pero a nuestro juicio, desde un punto de vista ético, lo más importante es que estos mini estómagos se podrían producir a partir de células iPS, obtenidas de células del propio paciente, lo que además de tener importantes ventajas médicas, tiene también la ventaja ética de que para su producción no se requiere destruir embriones humanos.
La medicina regenerativa y dentro de ella la creación de órganos bioartificiales, supone para la medicina una revolución imparable a la que estamos asistiendo a sus inicios, la magnitud de estos avances y la aportación que traerán a la humanidad, es equiparable a otros descubrimientos que cambiaron el mundo, como fué el descubrimientos de los microorganismos, virus, bacterias, el de los antibioticos, los rayos X, la anestesia, la resonancia magnética y tantos otros descubrimientos e inventos sin los cuales la esperanza de vida seguiría siendo de tres o cuatro décadas.
Asistimos pues a momentos históricos dentro de la medicina y trascendentales para el avance de la humanidad.
Efectivamente, estamos a las puertas de una revolución en la medicina, como bien afirma. Pero ello plantea nuevos dilemas éticos que deben ser resueltos desde la perspectiva del respeto a la dignidad de la vida humana en todos sus estadíos. De otro modo el vertiginoso avance científico puede conllevar riesgos que perviertan los indudables beneficios que se nos ofrecen.