El número de personas que recibieron un trasplante de órganos el año pasado en el Reino Unido aumentó un 10%. Hasta finales de marzo de 2014 fueron 4395 las personas trasplantadas.

Sin embargo, lo que no parece aumentar es la disponibilidad de las familias para la donación de órganos de los fallecidos, ya que según datos de 2013-2014 más de 10.000 familias rehusaron la donación de órganos. Lo que sí parece importante es que como consecuencia de ello 456 pacientes murieron en espera de recibir un órgano y que 828 fueron eliminados de la lista de espera por el deterioro importante de su salud. El índice de donación en ese país es alrededor de 54,9 por millón de personas, sin embargo parece que esta cifra no es suficiente y debería aumentar hasta 74 por millón, que es el índice que existe en los países del mundo en los que la donación de órganos es más activa. El informe de las autoridades sanitarias británicas muestra que el 59% de las familias responden positivamente a la demanda de que el familiar fallecido done sus órganos, pero es importante destacar que cuando la familia es atendida por un enfermero/a especializado este porcentaje aumenta hasta el 69%. También es un dato significativo que solamente el 36% de las personas de color, asiáticos, u otras minorías, dicen sí a la donación de órganos, cuando este porcentaje para las familias blancas, es del 63%.
Según Paul Murphy director del “Organ Donation and Trasplantation Activity”, el mayor problema para la donación de órganos sigue siendo el consentimiento de la familia. Cada hospital debe saber que en la comunidad debe haber personas que necesitan un trasplante, por lo que es importante que trabajen conjuntamente con los comités de donación para promover la misma, dentro de sus hospitales y en su comunidad (BMJ 2014; 349: g4450).

 

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Justo Aznar

Director del Observatorio de Bioética