Las células madre pluripotentes inducidas (iPS) despertaron grandes esperanzas desde que las consiguió el científico japonés Shinya Yamanaka en 2007. Tan versátiles como las embrionarias, estas células se obtienen sin embargo a partir de las somáticas, y por tanto son genéticamente idénticas a las del paciente, de suerte que no provocan rechazo. Pero aunque desde entonces se han sucedido numerosos experimentos de laboratorio, hasta ahora no hay en realidad ningún paciente tratado con ellas. Por eso, el comienzo del primer ensayo clínico es la noticia más importante desde su descubrimiento.

El estudio, a cargo del Instituto Riken y otras instituciones japonesas, comprobará la utilidad de las células iPS para regenerar la retina en casos de degeneración macular, que causa pérdida de visión en personas mayores. Se obtendrán células iPS a partir de células de piel de los pacientes, se las cultivará in vitro para transformarlas en tejido de retina dispuesto en microcapas que se implantará en los ojos enfermos.

El ensayo fue aprobado en julio por el Ministerio de Sanidad japonés, y ahora se procede a la selección de las personas que recibirán el tratamiento. Se espera que los implantes puedan comenzar a hacerse dentro de un año. Se trata de ver no solo si esta terapia alivia la degeneración macular, sino sobre todo si es segura o, por el contrario, produce teratomas (tumores) por proliferación anómala de las células reprogramadas (Aceprensa, 24-IX-2013).