La noche del 30 de octubre de este mismo año, la REMERA (Registro de Malformaciones Congenitales en la región Ródano Alpes) anunció haber identificado once casos de niños nacidos sin manos, brazos, o antebrazos. La noticia fue recibida con inquietud, expectación e incredulidad. Para algunos especialistas de REMERA, algunos casos pudieran estar ligados a problemas «medioambientales»: proximidad a zonas agrícolas donde pudieron usarse pesticidas peligrosos. Para otros, tal eventualidad no es evidente. En nombre de la Sanidad Pública, François Bourdillon, adopta una posición «intermedia», al afirmar que: «No queremos descartar ninguna hipótesis. Puede tratarse de una pista medioambiental. Puede que sea la consecuencia del medio ambiente o de la comida de las madres embarazadas». Los especialistas prefieren aguardar las conclusiones oficiales de la Sanidad Pública, recordando la complejidad y dificultad del análisis (ver más AQUÍ).