Cómo hemos venido señalando, iniciar un tratamiento antirretroviral nada más detectar que un individuo está infectado por el VIH es mejor que hacerlo más tarde. En este sentido el riesgo de desarrollar sida o muerte  se reduce en un 53% en el grupo de personas que iniciaron los tratamientos antirretrovirales tempranamente. Además este beneficio no se circunscribe únicamente al individuo tratado sino que también disminuye el riesgo que el infectado por VIH pueda contagiar a otro individuo sano con el que mantiene relaciones sexuales (BMJ, 350: h2963, 2015).