Es admitido que con los tratamientos antirretrovirales se consigue reducir sustancialmente la mortalidad de los enfermos de sida, lo que ha hecho que esta enfermedad pase a ser una enfermedad crónica de larga duración. Ahora se sugiere que para mejorar tanto las perspectivas de curación, como para reducir la tasa de nuevas infecciones, es muy conveniente iniciar el tratamiento antirretroviral a todos los infectados, no solamente a los grupos de mayor riesgo (Nature 523; 127,2015) 5).