7.1.1 Conceptos generales. Utilidad clínica general.
7.1.2 Fuentes de células madre de tejidos adultos. Células de líquido amniótico.
7.1.3 Trabajos experimentales y clínicos en infarto de miocardio.
7.1.4 Trabajos experimentales y clínicos en diabetes.
7.1.5 Trabajos experimentales y clínicos en neurología.
7.1.6 Trabajos experimentales y clínicos en otras patologías
7.1.7 Aspectos económicos, legales y éticos relacionados con su utilización. Patentes
7.1.1 Conceptos generales. Utilidad clínica general.
Algunos problemas de la terapia celular.
Un objetivo problema en la terapia celular es que las células transferidas pueden causar tumores. Ello se debe a que junto con las células bien diferenciadas se inyectan otras muy poco diferenciadas, similares a las embrionarias. Ahora se acaba de poner a punto un método (Nat Biotechnol 29; 829-834, 2011), que permite detectar a las células más indiferenciadas, lo que permite separarlas antes de la terapia celular y así disminuir el riesgo de que se desarrollen tumores. Sin duda, un paso importante en vista a aplicar estas técnicas en la clínica médica.
Se obtienen células madre de ovarios de mujeres fértiles
Se consigue por primera vez obtener células madre a partir de ovarios de mujeres fértiles, de los que, al parecer, se pueden producir ovocitos normales (Nature Medicina doi: 19,1038/nm.2669), lo que sin duda puede abrir nuevas posibilidades del tratamiento de la infertilidad femenina.
Primeros tratamientos con células madre adultas.
Según se comenta en Nature Medicine (18; 329, 2012), Corea del Sur se está posicionando en la vanguardia de la comercialización de tratamientos con células madre adultas, dado que se han aprobado tres tratamientos en los últimos ocho meses.
El primero se aprobó en julio de 2011, cuando la «Korea Food and Drug Administration (KFDA)», autorizó el uso del producto celular denominado Hearticellgran-AMI, para el tratamiento de ataques cardíacos. La firma que lo comercializa es la «Seulbased Pharmicell». Esta terapia utiliza células mesenquimales obtenidas de la médula ósea del propio paciente, que tras ser adecuadamente cultivadas, se inyectan en la arteria coronaria de la zona cardiaca lesionada. El Hearticellgran, es el primer producto celular autorizado en el mundo que utiliza células madre adultas con fines terapéuticos.
El segundo, aprobado cuatro meses después por la FDA norteamericana, legalizó el primer producto realizado en ese país, utilizando células madre de cordón umbilical, obtenidas del banco público «New York Blood Center”. Este producto celular se denomina Hemacord.
Tambiénel pasado enero, la KFDA dio luz verde a otros dos productos celulares, uno producido por la Medipost’s Cartistem, que utilizando células madre adultas de sangre de cordón umbilical, está dirigido a regenerar el cartílago en pacientes que han sido operados de la rodilla. El segundo, tercero en el mundo, es producido por «Anterogen’s Cupistem», que utiliza células madre de grasa del propio paciente y que se piensa usar en el tratamiento de fístulas anales en la enfermedad de Crohn.
Es de señalar que los productos celulares de Hearticellgram y Cartistem, son los primeros productos de células madre autorizados que utilizan células madre de médula ósea o sangre de cordón umbilical para tratar enfermedades no hematológicas o del sistema inmunitario.
De estos tratamientos el de Cartistem parece el más esperanzador, ya que de los 89 pacientes tratados, un 26 % experimentaron una mejora en el funcionamiento de su rodilla, comparando los resultados con aquellos que únicamente recibieron tratamiento quirúrgico. Además, utilizando el Heartcellgram, en un grupo de 80 pacientes, se pudo constatar que el grupo de pacientes que recibió el producto celular mejoró su función cardiaca en un 6 %, comparado con un 2 % de los pacientes que recibieron tratamiento estándar, aunque estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
Pero determinados expertos en esta área terapéutica son un tanto escépticos sobre la eficacia de estos nuevos productos, dado que hasta esta fecha no han sido publicados los resultados en revistas científicas de garantía. Sin embargo, representantes de estas compañías han manifestado que la publicación de sus experiencias en revistas evaluadas por pares verán la luz próximamente.
JUSTO AZNAR
Irving Weissman favorable al uso de células madre adultas.
Irving Weissman, pionero en la investigación con células madre, ha declarado en una conferencia impartida el pasado 12 de abril en el Centro Nacional de Enfermedades Oncológicas de Madrid, que con finalidad terapéutica, «lo más lógico biológicamente es emplear células madre adultas obtenidas de los tejidos en los que se quieren utilizar; así, por ejemplo, recurrir a las células precursoras neurales para tratar enfermedades del sistema nervioso central» (Diario Médico 13-V-2012).
Se amplía la utilización de células madre adultas en la clínica humana.
Se amplía la utilización de células madre adultas en la clínica humana al haberse comprobado que si se inyectaban células madre mesenquimales obtenidas de la médula ósea de los propios pacientes en el momento del trasplante de riñón y dos semanas después, se conseguía disminuir el rechazo agudo, las infecciones oportunistas y mejorar la función renal al año del trasplante (JAMA, 307; 1169-1177, 2012).
Nuevo ensayo clínico con células madre adultas
El Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital de La Paz, de Madrid, ha iniciado un nuevo ensayo clínico en fase III con células madre procedente de la grasa en el que participaron 80 pacientes de cinco hospitales españoles. Es la primera vez que un ensayo en fase III no se financia a través de la industria sino con fondos públicos. El nuevo ensayo se enmarca en la Red de la Terapia CelularTerCel, del Instituto de Salud Carlos III. Cuenta con una financiación de 600.000 euros y participan también los hospitales General de Valencia, Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, Clínica Universidad de Navarra y Complejo Asistencial de Salamanca. Su objetivo es comprobar la eficacia de las células madre autólogas (del propio paciente) en el tratamiento de fistulas en pacientes que no padcen la enfermedad de Crohn.
Ventajas de utilizar células madre de tejidos adultos.
En el año 2000, al comenzar la experimentación con células madre embrionarias, los científicos italianos Vescovi y Cossiu, del Centro Italiano para la Investigación Celular de Milán, demostraron que en la base de muchos tejidos somáticos adultos hay células de propiedades semejantes a las embrionarias y aseguraron que estas células podían cultivarse en el laboratorio y reprogramarse hacia otras especialidades celulares, igual que las de la masa interna de los embriones. Desde entonces, muchas investigaciones han conducido al convencimiento de las ventajas éticas y de utilidad potencial clínica de las células madre de tejidos adultos. Estas células pueden ser reprogramadas y utilizadas con el fin de regenerar tejidos dañados o envejecidos, sin necesidad de sacrificar embriones ni afectar al organismo de que proceden. A esta tecnología, ya de por sí prometedora, se ha unido la de las células iPS (células madre inducidas pluripotentes) que desarrolló el equipo dirigido por el japonés Shinya Yamanaka, cuyo mérito fue reconocido con la concesión del Premio Nobel de Medicina de 2012, por lo que supone una vía ética hacia el futuro de la medicina reparadora de enfermedades degenerativas (Nicolas Jouve, 11-VIII-2013).
7.1.2 Fuentes de células madre de tejidos adultos. Células de líquido amniótico.
7.1.3 Trabajos experimentales y clínicos en infarto de miocardio.
Se mejoran los resultados del bypass en pacientes cardiológicos utilizando sus propias células madre.
En el Congreso de la Asociación Americana de Hematología (21012), recientemente celebrado, se presentan las conclusiones de un estudio en el que se evalúa en 33 pacientes la eficacia del uso de células madre del propio enfermo para mejorar los resultados del bypass en pacientes con problemas cardiacos, comprobándose que en los mismos aumenta la contractilidad del miocardio entre el 7% a los 4 meses y el 8,1 % al año, y que en un grupo de 8 pacientes, que se siguieron dos años, la mejora alcanzó el 13%. Así mismo, mejora la funcionabilidad de la cicatriz en un 7,6% a los 4 meses, al 7% al año y en un 18 % en los pacientes que se siguieron durante dos años, a la vez no se detectan efectos adversos, ni mortalidad debido al tratamiento celular. Es ésta una nueva experiencia clínica que avala la cada vez mayor posibilidad de uso de células madre de los propios pacientes en el tratamiento de los problemas cardíacos.
Doce años de terapia celular en el infarto de miocardio.
El 30 de marzo de 2001 se utilizaron por primera vez células madre adultas de la propia médula ósea de a un paciente de 46 años que padecía un fallo del ventrículo izquierdo, secundario a un infarto de miocardio (Dtsch Med Wschr 126; 932-938, 2001). En julio de ese mismo año se repitió un tratamiento parecido al anterior pero inyectando en sus coronarias células madre autólogas, aprovechando una intervención de by-pass, a un paciente de 61 años con un fallo cardiaco también tras un infarto de miocardio (Lancet 361; 45-46, 2001).
Estos estudios dieron paso a un amplio número de ensayos clínicos en pacientes con enfermedad cardiaca aguda o crónica, como infarto de miocardio agudo, fallo cardiaco agudo y cardiopatía dilatada.
Ahora, diez años después de esos primeros trabajos, la prestigiosa revista Journal of the American College of Cardiology (58; 1095-1104, 2011) revisa la situación de la terapia celular, en la isquemia cardiaca.
En general, se puede afirmar que los trabajos realizados demuestran un objetivo beneficio clínico de la terapia celular, según la «New York Heart Association», en pacientes con un fallo cardíaco avanzado.
Otro aspecto importante es que no se han detectados efectos secundarios negativos, especialmente arritmias.
Las tres principales indicaciones de la terapia celular en pacientes cardíacos son: infarto agudo de miocardio, fallo cardíaco isquémico crónico y cardiomiopatía dilatada.
Resulta muy interesante recordar que el uso de las células madre adultas, especialmente las autólogas (del propio paciente) no tiene ninguna dificultad ética, al contrario que el uso de células madre embrionarias, por lo que todo el amplio campo de la terapia celular en los pacientes cardíacos es una objetiva y esperanzadora posibilidad terapéutica que sin duda se concretará en eficaces tratamientos en los próximos años.
Utilizar conjuntamente distintos tipos de células madre puede ser beneficioso para tratar el infarto de miocardio.
El que las células madre, tanto adultas como embrionarias (éstas en experiencias animales), puedan ser útiles para reparar el tejido lesionado tras un infarto de miocardio, es más complejo de lo que se creía. En un reciente trabajo (J Am Coll Cardiol, 58; 2118-2127, 2011) se demuestra que la acción conjunta de distintos tipos de células madres, cardiomiocitos derivados de células iPS, células endotelias y fibrobastos de embriones de ratón, son más eficaces para reparar el tejido lesionado que cada una de ellas individualmente.
Tratamiento del infarto de miocardio con células madre del propio paciente.
En The Lancet (378; 1847-1857, 2011) se acaban de publicar los datos de un ensayo clínico de fase I en el que se tratan pacientes que han sufrido un infarto de miocardio con células madre cardíacas propias, (16 pacientes), comparando los resultados con un grupo control (7 pacientes). No se producen efectos adversos, y si en cambio resultados iniciales muy estimulantes, lo que sugiere que la infusión de células madre cardíacas del propio enfermo puede ser una terapia para mejorar la función cardíaca y reducir el tamaño del área cardiaca infartada.
Terapia celular en el infarto de miocardio.
La terapia celular del infarto de miocardio sigue sometida a debate encontrando opiniones contrapuestas sobre la misma (Diario Médico 10/16-VI-2013), pero las investigaciones continúan. Así, en un reciente trabajo publicado en el Journal of the American College of Cardiology (61; 2329-2338, 2013) se publican los resultados de un ensayo clínico en el que se evalúa la eficacia del trasplante de células madre de la médula ósea del propio paciente. Los autores concluyen que la técnica es segura sin presentar efectos secundarios negativos y si en cambio algunos signos de beneficio en casos de fallo cardiaco crónico, pero que de todas formas estos hallazgos necesitan una evaluación clínica definitiva.
7.1.4 Trabajos experimentales y clínicos en diabetes.
Se consigue producir células productoras de insulina.
Durante décadas los investigadores han intentado producir células ß-pancreáticas que pudieran segregar insulina y que por tanto pudieran ser utilizadas terapéuticamente en los pacientes diabéticos. En un reciente artículo publicado en el Journal of Clinical Investigation (121; 3589-3597, 2011), Ravassard y sus colaboradores comunican que tras un largo periodo de investigación han conseguido producir células que son capaces de producir insulina en respuesta a un estímulo de la glucosa. Sin duda, un importante paso hacia el tratamiento de la diabetes.
7.1.5 Trabajos experimentales y clínicos en neurología.
Se ensaya con éxito el uso de células madre adultas en dos enfermedades neurológicas.
Dos estudios independientes coinciden en el último número de Science Translational Medicine (4;165ra164.DOI:10.1126/Scitranslmed.3004579 -4;165ra162.DOI:10.1226/Scitranslmed.3004108) con una propuesta terapéutica que podría ser útil en dos enfermedades neurodegenerativas. Los dos trabajos, realizados con modelos murinos que padecían esclerosis lateral amiotrófíca (ELA) y atrofia muscular espinal (AME), respectivamente, emplean células madre adultas.
El trabajo sobre la ELA presenta los resultados de once estudios previos, analizados por un grupo de investigadores que encabeza EvanY Snyder, del Instituto de Investigación Médica Sanford-Bumham (La Jolla). En estos estudios previos se han empleado células madre neurales, tanto de ratón como humanas, que se injertaron en la médula espinal de los ratones enfermos. Las células madre neuronales mejoraron la función motora de los animales y prolongaron su supervivencia, aunque no porque regeneraran el sistema nervioso central, sino al promover la aparición de factores tróficos que reducen la inflamación.
El otro trabajo, cuya primera autora es Stefania Corti, de la Universidad de Milán, se han empleado células somáticas de pacientes con AME, corregidas genéticamente mediante oligonucleótidos, y diferenciadas en neuronas, que se trasplantaron con éxito a los ratones afectados.
Desde un punto de vista bioético nos parece de interés resaltar que ambos estudios se han realizado utilizando células madre adultas, lo que reafirma el papel preponderante de éstas sobre las células madre embrionarias con fines clínicos (DM, 30-XII-2012).
7.1.6 Trabajos experimentales y clínicos en otras patologías
Se mejora el síndrome de Sjögren utilizando células madre del propio paciente.
El síndrome de Sjögren es una enfermedad sistémica autoinmune que fundamentalmente se caracteriza por la sequedad de las mucosas de boca y ojos. Por el momento no se conocen bien sus causas, pero lo que sí parece de interés es que se ha podido mejorar utilizando células madre mesenquimales de médula ósea del propio paciente (Blood 120(15), 3142-3151, 2012), lo cual abre una expectativa de esperanza terapéutica para los mismos, a la vez que avala la utilidad de las células madre adultas, sin ninguna dificultad ética de uso, en la terapia celular.
Uso de células madre de la médula ósea del propio paciente para tratar la esclerosis lateral amiotrófica
Una de las enfermedades neurológicas más graves es la esclerosis lateral amiotrófíca, enfermedad neurodegenerativa que lleva a la incapacidad y a la muerte de los pacientes. En un reciente trabajo, de investigadores españoles de Murcia y Alicante (Stem Ceils 30; 1277-1285, 2012) se comprueba que la infusión de células madre de médula ósea del propio paciente, pueden ser útiles en el intento de tratar esta grave enfermedad. En este estudio concreto se presentan los resultados de un ensayo clínico de fase I, en el que se infundieron ese tipo de células en la médula espinal de distintos pacientes. Como todos los ensayos clínicos de fase I el objetivo de este es intentar determinar que no existen efectos secundarios adversos, lo que a los 6 meses del tratamiento se confirma. Según los autores este ensayo muestra «no solo la seguridad de la infusión intraespinal de células madre de médula ósea en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, sino también la evidencia que fuertemente sugiere su actividad neurotrófica», es decir la posibilidad de regenerar la médula lesionada.
Una de las enfermedades neurológicas más graves es la esclerosis lateral amiotrófíca, enfermedad neurodegenerativa que lleva a la incapacidad y a la muerte de los pacientes. En un reciente trabajo, de investigadores españoles de Murcia y Alicante (Stem Ceils 30; 1277-1285, 2012) se comprueba que la infusión de células madre de médula ósea del propio paciente, pueden ser útiles en el intento de tratar esta grave enfermedad. En este estudio concreto se presentan los resultados de un ensayo clínico de fase I, en el que se infundieron ese tipo de células en la médula espinal de distintos pacientes. Como todos los ensayos clínicos de fase I el objetivo de este es intentar determinar que no existen efectos secundarios adversos, lo que a los 6 meses del tratamiento se confirma. Según los autores este ensayo muestra «no solo la seguridad de la infusión intraespinal de células madre de médula ósea en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, sino también la evidencia que fuertemente sugiere su actividad neurotrófica», es decir la posibilidad de regenerar la médula lesionada.
Uso de células madre adultas para tratar enfermedades gastrointestinales
El uso de células madre adultas para tratar enfermedades gastrointestinales parece, según se comenta en Nature Medicine (18; 618-623, 2012), muy prometedora, como se desprende de una investigación experimental en ratones, al haber conseguido que células madre obtenidas del colon de estos animales puedan crecer in vitro hasta producir pequeñas porciones de tejido epitelial que puede ser trasplantado a intestinos artificialmente dañados de ratones, lo que según estos expertos (Nature 485; 181-182, 2012) «representa una prometedora etapa hacia la terapia celular de las enfermedades gastrointestinales».
Eficacia de las células madre adultas en el tratamiento de la esclerosis sistémica.
La esclerosis sistémica es una enfermedad del sistema conectivo que ocasiona una intensa fibrosis que afecta a la piel y a otros órganos. La piel se vuelve rígida, produciéndose también alteraciones articulares y musculares. En una fase avanzada se pueden presentar también dificultades para tragar, tanto líquidos como sólidos. Su causa puede ser por un proceso autoinmune (inmunidad creada por el propio paciente contra si mismo).
Son bastantes los ensayos clínicos en desarrollo para enfermedades autoinmunes y entre ellas para la esclerosis sistémica (ver citas 2 a 8 del trabajo que aquí se comenta).
Sin embargo, hasta ahora no se han realizado estudios aleatorios, con grupo control, para este tipo de enfermedades, incluida la esclerosis múltiple.
En un reciente trabajo (Lancet 378, 498-506, 2011), se publican los resultados del primer ensayo aleatorio, con grupo control, para el tratamiento de la esclerosis sistémica con células madre hematopoyéticas (de la sangre), comparando los resultados con el tratamiento habitual con ciclofosfamida.
Se incluyeron 19 pacientes, 10 se trataban con células madre y 9 con ciclofosfamida. Todos se siguieron durante 12 meses. De los 9 enfermos del grupo control, 8 continuaron con la progresión de la enfermedad, sin que existieran fases de mejora. En los 11 pacientes tratados con células madre hematopoyéticas del propio paciente (autólogas), que fueron seguidos durante más de 2 años, se encontraron mejoras clínicas evidentes.
Estos resultados muestran que el tratamiento de los pacientes con células madre hematopoyéticas autólogas mejora las lesiones de la piel y la función de los pulmones, tras 2 años de seguimiento, lo que abre una esperanzadora posibilidad de tratamiento para esta grave enfermedad, aunque serán necesarios controles a más largo plazo para poder establecer su eficacia.
Nuevas posibilidades de uso de las células madre de grasa en el ictus cerebral.
El grupo de investigación coordinado por Juan Antonio Barcia, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, ha demostrado que las células madre procedentes de la grasa de humanos tienen propiedades antiinflamatorias, inmuno-moduladoras y cicatrizantes en el tratamiento local del ictus por infarto del territorio de la arteria cerebral media, según comunicaron en la Reunión Anual de la Red de Terapia Celular (TerCel), que se ha celebrado en Salamanca. Según Barcia y sus colegas, «nuestro grupo de investigación ha demostrado que la inyección intracerebral de estas células en animales con daño cerebral adquirido, tiene efectos positivos sobre la evolución de la lesión cerebral, permitiendo además la atracción de células madre neurales propias del cerebro huésped hacia la lesión. Además, la inyecciónde éstas no provoca reacciones o efectos neurológicos adversos» (DM, 22-XII-2011).
Uso de células madre adultas en el trasplante de riñón
Nuevo uso de las células madre adultas, en la evaluación del rechazo en pacientes que han recibido un trasplante de riñón procedente de donante vivo. Según se comenta en JAMA (307; 1169-1177, 2012) se compara el uso de células madre mesenquimales del propio paciente con las terapias inmunosupresoras usuales, comprobándose que los resultados son muy parecidos y con menos efectos secundarios de el grupo en el que se utilizaron las células madre adultas.
Se consigue producir masa ósea con células madre adultas.
Utilizando un método combinado de células madre mesenquimales de médula ósea y otros componentes, se consigue mejorar la formación de masa ósea en pacientes que la estaban perdiendo (Nature Medicine 18; 456-462, 2012).
A partir de células madre adultas de grasa se han podido reconstruir penes lesionados en ratones.
Según un estudio publicado en PNAS (109; 2090-2095, 2012), a partir de células madre adultas derivadas del tejido graso se podrían realizar injertos en el pene, en trastornos de éste, como la enfermedad de Peyronie, en la que existe crecimiento fibroso alrededor de los tejidos eréctiles que dificultan la erección y produce dolor. En este trabajo se describe como el uso de células madre de la grasa puede mejorar la estructura y función del pene lesionado de ratones, lo que se pudo confirmar ocho semanas después del implante. Sin duda, otra esperanzadora posibilidad más que se abre al uso de las células madre adultas.
Nueva posibilidad para el uso de células madre adultas.
Se abre una nueva posibilidad para la aplicación clínica de las células madre adultas, en este caso células madre mesenquimales. Se trata de mejorar los resultados del trasplante renal a partir de un familiar vivo, que requiera tratamiento inmunosupresor, sustituyendo éste por células madre mesenquimales del propio paciente. Se ha podido comprobar que en los pacientes que han recibido el trasplante, el uso de células madre mesenquimales del propio paciente, comparado con la terapia inmunosupresora, demuestra una menor incidencia de rechazo agudo, menor riesgo de infecciones oportunistas y mejor función del riñón al año del trasplante (JAMA 301; 1169-1177, 2012).
Utilización de células madre para favorecer la cicatrización de las Heridas.
En muchos pacientes que tienen úlceras en las piernas su cicatrización es complicada. Para tratar de solucionar este problema médico un grupo de profesionales norteamericanos ha evaluado la posibilidad de ayudar a su cicatrización utilizando un spray que contiene células madre. Con este fin se han incluido en el trabajo 205 pacientes adultos procedentes de 18 centros de Estados Unidos y Canadá, con úlceras en las piernas, encontrándose una mejora en la curación de dichas úlceras en los pacientes que habían sido tratados con el spray que contenía células madre.
Se derivan células hepáticas de células de placenta humana.
Un equipo del hospital 12 de Octubre de Madrid ha podido derivar de células madre mesenquimales de placenta células hepáticas, he incluso formar una estructura semejante a un pequeño hígado de medio centímetro de grosor. Es la primera vez que se consigue formar estructuras biológicas que muestran actividad hepática funcionante. Experiencias estas que sin duda abren una posibilidad para enfermedades que requieran la regeneración del hígado (Cytotherapy 14; 1182-1192, 2012).
Problemas médicos de la transexualidad.
Se ha celebrado en Madrid el II Congreso Europeo de Transexualidad, en el que se han abordado muchos de los problemas médicos que el cambio médico-quirúrgico de sexo conlleva. Con ligereza se afirma que si se puede técnicamente hacer, porque no hacerlo. Con independencia de las razones éticas objetivas, también existen problemas médicos que no siempre se tienen en cuenta. Por ejemplo, las personas que se someten a estas técnicas, deben recibir una terapia hormonal durante toda su vida, lo que puede causar problemas médicos. Entre ellos la pérdida de calidad de los huesos, pues una vez extirpados las gónadas hay que vigilarlos, como si de una menopausia o andropausia se tratara; pero también pueden darse problemas cardiovasculares o efectos adversos sobre la piel (Diario Médico 8/14-VII-2013).
Posibilidad experimental para tratar enfermedades degenerativas retinianas utilizando células madre embrionarias o células madre adultas.
En un reciente trabajo publicado en Nature Biotechnology (32; 741-742, 2013), un equipo de la Universidad de Londres, ha obtenido a partir de células madre embrionarias de ratones células sensibles a la luz producidas artificialmente en placas de Petri. Posteriormente transfirieron las células producidas a retinas de ratones adultos, que padecían distintas enfermedades de la retina, pudiendo comprobar una positiva evolución de los mismos después del trasplante. Un aspecto interesante es que las células trasplantadas permanecían en buen estado tres semanas después del trasplante, comprobándose además que generaban conexiones nerviosas, lo que sugiere la posibilidad de que las células trasplantadas puedan integrarse en el sistema óptico de la retina.
Aunque esta experiencia está realizada en ratones, podría ser un paso importante hacia el posible tratamiento de graves enfermedades retinianas especialmente la degeneración macular asociada a la edad, que como se sabe puede condicionar importantes pérdidas de visión e incluso ceguera.
Conviene destacar que estas experiencias aunque han sido realizadas con células madre embrionarias por ser éstas de ratones no presentan ninguna dificultad ética. Otra cosa sería si se planteara llevarlas a cabo con células madre embrionarias humanas, que sí que tendrían graves limitaciones éticas, por lo que habrá que plantearse vías alternativa para producirlas.
En relación con ello, nos parece muy atractivo otro trabajo publicado en Cell Report (4; 271-286, 2013), el pasado 25 de julio, en el que un grupo de investigadores catalanes y de la Universidad de Elche, desarrollan un método para regenerar células de retina lesionadas mediante una técnica que no requiere el uso de células madre embrionarias, y que esencialmente consiste en trasplantar células madre de la médula ósea del propio paciente, modificadas metabólicamente.
Aunque dicha técnica aún se encuentra en una fase experimental y consecuentemente preliminar, y únicamente se ha llevado a cabo en animales de experimentación, no cabe duda que puede abrir una puerta a su posible uso en la clínica humana, aunque para ello aún haya que recorrer importantes pasos experimentales y clínicos.
Justo Aznar
Se derivan células de distintos tejidos a partir de células madre intestinales.
Un equipo de la Universidad de Cambridge, dirigido por Nicolas Hannan ha conseguido cultivar células madre intestinales en grandes cantidades lo que podría e un futuro próximo utilizarse en medicina regenerativa y reparadora. Pero lo más interesante es que a partir de estas células madre intestinales se pueden obtener células de las vías respiratorias, tiroides, pulmones, hígado, páncreas estómago y sistema biliar, lo que indudablemente amplia en gran manera su uso clínico.
Se cura un paciente portador del virus del VIH con células madre adultas.
La publicación de que un paciente infectado por el VIH ha sido curado con un trasplante de células hematopoyéticas (células de sangre), ha suscitado una gran esperanza para el tratamiento de estos pacientes. Se pueden utilizar células madre del propio paciente (trasplante autologo) o de otra persona (trasplante alogénico). En este caso, las células trasplantadas previamente habían sido tratadas por ingeniería genética para introducirles moléculas anti-VIH (Blood 122; 3111-3115,2013).
Se tratan fistulas intestinales con terapia celular.
El doctor Damián García Olmo coordina dos ensayos clínicos en fase III para tratar fistulas perianales con terapia celular. En uno utiliza células autólogas (del propio paciente) y en otro células alogénicas (de un individuo distinto al paciente). El primero financiado por el Instituto de Investigación Carlos III, el segundo por una empresa privada, TIGenix) (Diario Médico 3/9-II-2014).
7.1.7 Aspectos económicos, legales y éticos relacionados con su utilización. Patentes
Se aprueba el uso de células madre para cirugía estética de la cara.
El pasado junio, después de casi diez años de estudios, la FDA norteamericana ha dado luz verde para utilizar la terapia celular en el tratamiento de las arrugas de los labios o las que hay cerca de la nariz. La terapia ha sido desarrollada por la firma Fibrocell Science, en Exton, Pensilvania. Esta primera experiencia terapéutica podría servir para abrir la puerta a otras terapias cosméticas.
En esencia el tratamiento consiste en tomar células de la piel (fibroblastos) de detrás de las orejas, que hay que cultivar durante 90 días, para que aumenten su número y después reinyectarlas en la cara del paciente, en tratamientos repetidos administrados cada tres o seis semanas.
Un aspecto muy positivo es que como las células que se inyectan son del propio paciente no son rechazadas y tienen mínimos efectos secundarios negativos.
Esta terapia, fue desarrollada a primeros de los años 90 por William Boss, un cirujano plástico de Hackensack, New Jersey, denominándola método Isolagen, pero la FDA no aprobó su uso en humanos, por lo que en 1999 trasladaron sus investigaciones a Inglaterra en donde las normas reguladoras eran menos exigentes, pero las experiencias clínicas no funcionaron y la empresa fue cerrada en 2006.
Sin embargo, en 2009 la compañía se revitalizó con el nombre de Fibrocell. Tras dos ensayos clínicos de fase 3, que habían incluido 421 individuos y después de constatar que se habían conseguido mejoras en el 33 % de los pacientes con arrugas nasolabiales normales y en el 19 % con arrugas intensas, y comprobando además que en el grupo control las mejorías fueron solo del 7 %, la FDA aprobó su uso (Nature Biotechnology 29; 674-675, 2011).
En vista del posible uso de esta terapia, otras firmas dermatológicas están intentando poner a punto tratamientos similares a los de Fibrocell Science.
Con independencia del impacto social que estas experiencias puedan tener, nos parece de interés, desde un punto de vista bioético, comprobar la larga trayectoria experimental y preclínica, que ha tenido que cumplir la firma productora de esta terapia celular individualizada para poder obtener el permiso para comercializar su producto. Ello contrasta con los fraudes médicos que se dan en relación con la terapia celular en el denominado turismo celular.
Se puede tratar el melanoma osteoesclerótico con células madre adultas.
Otra rara enfermedad, el síndrome de POEMS (mieloma osteoesclerótico), puede ser tratado con células madre extraídas de la sangre periférica de los propios pacientes. Esta terapia se ha aplicado ya a 59 pacientes, a los que se les ha hecho un seguimiento medio de 45 meses. La sobrevivencia a los 5 años era del 94 % (Blood 120; 56-62, 2012). Sin duda, otro avance médico utilizando células madre adultas, práctica, que como se sabe, no tiene ninguna dificultad ética.
Palabras del Papa Benedicto XVI a los participantes en la Conferencia Internacional sobre «Células madre adultas: la ciencia y el futuro del hombre y de la cultura», celebrada en Roma el pasado 12 de noviembre.
Eminencia, queridos ‘hermanos en el episcopado, excelencias, ilustres huéspedes, queridos amigos:
Quiero dar las gracias al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo pontificio para la cultura, por sus cordiales palabras y por haber organizado esta conferencia internacional sobre Células madre adultas: la ciencia y el futuro del hombre y de la cultura. Asimismo, agradezco al arzobispo Zygrnunt Zimowsid, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, y al obispo Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, su contribución a este esfuerzo particular. Dirijo una palabra especial de gratitud a los numerosos bienhechores cuyo apoyo ha hecho posible este evento. Al respecto, deseo expresar el aprecio de la Santa Sede por toda la obra llevada a cabo por varias instituciones para promover iniciativas culturales y formativas encaminadas a sostener una investigación científica de máximo nivel con células madre adultas y a estudiar las implicaciones culturales, éticas y antropológicas de su uso.
La investigación científica brinda una oportunidad única para explorar la maravilla de la creación, la complejidad de la naturaleza y la belleza peculiar del universo, incluida la vida humana. Sin embargo, dado que los seres humanos están dotados de alma inmortal y han sido creados a imagen y semejanza de Dios, hay dimensiones de la existencia humana que están más allá de los límites que las ciencias naturales son capaces de determinar. Si se superan estos límites, se corre el grave riesgo de que la dignidad única y la inviolabilidad de la vida humana puedan subordinarse a consideraciones meramente utilitaristas. Pero si, en cambio, se respetan debidamente estos límites, la ciencia puede dar una contribución realmente notable a la promoción y a la salvaguarda de la dignidad del hombre: de hecho, en esto radica su verdadera utilidad. El hombre, agente de la investigación científica, en su naturaleza biológica a veces será el objeto de esa investigación. A pesar de ello, su dignidad trascendente le da siempre el derecho de seguir siendo el último beneficiario de la investigación científica y de nunca quedar reducido a su instrumento.
En este sentido, los potenciales beneficios de la investigación con células madre adultas son muy notables, pues da la posibilidad de curar enfermedades degenerativas crónicas reparando el tejido dañado y restaurando su capacidad de regenerarse. La mejora que estas terapias prometen constituiría un significativo paso adelante en la ciencia médica, dando nueva esperanza tanto a los enfermos como a sus familias. Por este motivo, la Iglesia naturalmente ofrece su aliento a cuantos están comprometidos en realizar y en apoyar la investigación de este tipo, a condición de que se lleven a cabo con la debida atención al bien integral de la persona humana y al bien común de la sociedad.
Esta condición es de suma importancia. La mentalidad pragmática que con tanta frecuencia influye en la toma de decisiones en el mundo de hoy está demasiado inclinada a aprobar cualquier medio que permita alcanzar el objetivo anhelado, a pesar de la amplia evidencia de las consecuencias desastrosas de este modo de pensar. Cuando el objetivo que se busca es tan deseable como el descubrimiento de una curación para enfermedades degenerativas, los científicos y los responsables de las políticas tienen la tentación de ignorar las objeciones éticas y proseguir cualquier investigación que parezca ofrecer una perspectiva de éxito. Quienes defienden la investigación con células madre embrionarias con la esperanza de alcanzar ese resultado cometen el grave error de negar el derecho inalienable a la vida de todos los seres humanos desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. La destrucción incluso de una sola vida humana nunca se puede justificar por el beneficio que probablemente puede aportar a otra. Sin embargo, en general, no surgen problemas éticos cuando las células madre se extraen de los tejidos de un organismo adulto, de la sangre del cordón umbilical en el momento del nacimiento, o de fetos que han muerto por causas naturales (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción. Dignitas personae, nº 32).
De ahí se sigue que el diálogo entre ciencia y ética es de suma importancia para garantizar que los avances médicos no se lleven a cabo con un costo humano inaceptable. La Iglesia contribuye a este diálogo ayudando a formar las conciencias según la recta razón y a la luz de la verdad revelada. Al obrar así, no trata de impedir el progreso científico, sino que, por el contrario, quiere guiarlo en una dirección que sea verdaderamente fecunda y benéfica para la humanidad. De hecho, la Iglesia está convencida de que «la fe no sólo acoge y respeta todo lo que es humano», incluida la investigación científica, «sino que también lo purifica, lo eleva y lo perfecciona» (ib., nº 7). De este modo, se puede ayudar a la ciencia a servir al bien común de toda la humanidad, especialmente a los más débiles y a los más vulnerables.
Al llamar la atención sobre las necesidades de los indefensos, la Iglesia no piensa sólo en los niños por nacer, sino también en quienes no tienen fácil acceso a tratamientos médicos costosos. La enfermedad no hace distinción de personas, y la justicia exige que se haga todo lo posible para poner los frutos de la investigación científica a disposición de todos los que pueden beneficiarse de ellos, independientemente de sus posibilidades económicas. Por consiguiente, además de las consideraciones meramente éticas, es preciso afrontar cuestiones de índole social, económica y política para garantizar que los avances de la ciencia médica vayan acompañados de una prestación justa y equitativa de los servicios sanitarios. Aquí la Iglesia es capaz de ofrecer asistencia concreta a través de su vasto apostolado sanitario, activo en numerosos países de todo el mundo y dirigido con especial solicitud a las necesidades de los pobres de la tierra.
Queridos amigos, al concluir mis consideraciones, deseo aseguraros un recuerdo especial en la oración y os encomiendo a la intercesión de María, Salus infirmorum, a todos los que trabajáis tan duramente para llevar curación y esperanza a quienes sufren. Rezo para que vuestro compromiso en la investigación con células madre adultas traiga grandes bendiciones para el futuro del hombre y auténtico enriquecimiento a su cultura. A vosotros, a vuestras familias y a vuestros colaboradores, así como a todos los pacientes que esperan beneficiarse de vuestra generosa competencia y de los resultados de vuestro trabajo, imparto de buen grado mi bendición apostólica. ¡Muchas gracias! (L´Osservatore Romano, 20-XI-2011).
El lado oscuro de las células madre
Se publica en Nature (483; 5, 2012) un interesante comentario refiriéndose al «lado oscuro de las células madre». En el se aborda el tema de los tratamientos con células madre, en los que no se ha contrastado su eficacia clínica ni la no existencia de efectos secundarios negativos, todo ello refiriéndose concretamente a una firma farmacéutica de Houston, Celltex Therapeutics, que al parecer está proporcionando muestras de células adultas a médicos de Texas, que ofrecen la terapia celular a sus pacientes, sin que al parecer, dichas terapias estén adecuadamente contrastadas.
Tras una interesante discusión se concluye que antes de ofrecer este tipo de terapias se debería realizar una adecuada evaluación clínica de su eficacia, y que si Celltex quiere ayudar a los pacientes debería terminar con el suministro de células madre adultas hasta que se compruebe que dichos tratamientos son efectivos y que si la compañía demuestra objetivamente la efectividad de las terapias que oferta debería contactar de inmediato con la FDA para que este organismo gubernamental dijese que es lo que hay que hacer.