El Congreso de los Diputados presentó de forma oficial, el pasado 30 de marzo, el nuevo Código Deontológico Médico llevado a cabo por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Esta nueva versión de diciembre de 2022, presenta un incremento del 50% en el articulado, pasando a tener 93 artículos frente a los 66 de la anterior versión, y aborda nuevos temas como la Seguridad del Paciente, la Telemedicina y Tecnologías de la Información y Comunicaciones, la Inteligencia Artificial y las grandes bases de datos sanitarios.
Además, presenta la actualización de algunos capítulos ya tratados en el código anterior, otorgándoles mayor importancia, como son la sexualidad humana, la gestación subrogada o la atención médica en casos de violencia.
El informe explica que “la sociedad exige al profesional de la Medicina no solo un adecuado nivel científico, sino, además, sólidos valores personales como la dignidad social y moral, teniendo en cuenta la relevancia de la función que presta a la sociedad en el ejercicio de la profesión”.
Sobre el final de la vida
Uno de los puntos que más controversia ha generado es el Capítulo IX sobre “Atención Médica al Final de la Vida”. En éste se mantiene, al igual que lo hace la Asociación Médica Mundial, que “el médico no deberá provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte del paciente”, a lo que añade que “llegado el momento, permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas para procurar su mayor bienestar posible y dignidad, aun cuando de ello pueda derivarse un acortamiento de la vida”. No obstante, como la eutanasia se encuentra amparada por la ley como un derecho en la cartera asistencial médica, aquellos médicos que estén dispuestos a practicarla están exentos de recibir cualquier amonestación deontológica: “el médico que actúa por las leyes del Estado no puede ser sancionado deontológicamente”.
Sobre los “Trasplantes de órganos, tejidos y sangre”, se indica que “la opción de la donación de órganos debe ser independiente de la actitud terapéutica a seguir y no debe condicionar la decisión del médico de limitar el soporte vital en un paciente posible donante”. Al respecto, Pilar León, miembro de la Comisión Central de Deontología Médica, afirma que “en ningún caso y menos en situación de cercanía a la muerte, se puede instrumentalizar la vida de un paciente, al que, por lo contrario, se ha de cuidar y proteger”.
Sexualidad y reproducción
En el apartado de “Sexualidad y Reproducción” se mantiene que “el ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte”. A lo que añade a este primer punto que “es un deber deontológico respetar y proteger al concebido y no nacido”.
Pero lo más destacado es la referencia a la práctica de la gestación subrogada. En este apartado, el articulo 65.1 afirma que “la gestación por sustitución con contraprestación económica es contraria a la Deontología Médica. La comercialización del cuerpo de la mujer vulnera su dignidad”. No obstante, el nuevo código escrito por el Colegio de Médicos actualiza que aquellos casos en los que la gestación por sustitución se haga de manera altruista y se preserve la dignidad de la mujer y el interés superior del menor no será contraria a la Deontología Médica.
En este mismo apartado se hace referencia a los tratamientos de menores y adolescentes que tienen la intención de hacer un cambio de sexo. En caso de plantear dicho tratamiento, deberán intervenir siempre médicos expertos en el tema, así como comités multidisciplinares que tengan en consideración la irreversibilidad del procedimiento.
Inteligencia Artificial
Debido a los avances en el área de la tecnología, el Colegio de Médicos ha actualizado el Código Deontológico para esclarecer los límites que este avance conlleva y darle visibilidad. Así, el escrito declara que “el médico debe exigir un control ético y finalista de la investigación con Inteligencia Artificial basado en la transparencia, la reversibilidad y la trazabilidad de los procesos en los que intervenga, para garantizar la seguridad del paciente”. Además, aclara que los datos de salud extraídos de grandes bases de datos o de sistemas robóticos pueden ser de utilidad en la toma de decisiones, no obstante, no se exime de la obligación del médico el usar todos los métodos necesarios para una buena praxis en su tratamiento.
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