El 1 de febrero de 2023, el Senado de la República de Francia aprobó una modificación de su Constitución por 166 votos a favor y 152 votos en contra.

La propuesta de modificación original de la Constitución Francesa que se llevaba a debate y votación consistía en añadir un nuevo artículo 66.2 ubicado en el Título VIII “De la Autoridad judicial” que pusiera “La ley garantiza la efectividad y el acceso en condiciones de igualdad al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”. Nuevo artículo en donde, por su tenor literal, se consagraba al aborto como un derecho.

Ante la propuesta original, por parte del cuestor del Senado, Phiippe Bas, se presentó una enmienda transaccional bajo una redacción diferente consistente en añadir un nuevo párrafo al artículo 34 ubicado en el Título V de la Constitución Francesa “De las relaciones entre el Parlamento y el Gobierno” indicando que: “La ley determina las condiciones en que se ejerce la libertad de la mujer para interrumpir su embarazo”.

Propuesta que, sorprendentemente, convenció a parte de su partido y a otros hasta conseguir la mayoría suficiente para su aprobación.

La diferencia existente entre la propuesta original y la enmienda finalmente aprobada es abismal, puesto que sustituye el término “derecho” por “libertad” con las consecuencias jurídicas que conlleva. Ambos términos coinciden en que se trata de una libertad para hacer, pero se diferencian en que un derecho implica la posibilidad de limitar las libertades de los demás pudiendo obligarles a hacer, dar o no hacer alguna cosa. En otras palabras, todo derecho conlleva un correlativo deber por parte de terceros.

La enmienda aprobada consagra la libertad de actuar de la mujer ante el ser humano que lleva en su seno de conformidad al marco legal que haya en cada momento, pero no determina su derecho a acabar con la existencia del nasciturus.

En cualquier caso, como la votación favorable fue sobre una modificación de la propuesta de modificación original, el proyecto se enviará a la Asamblea Nacional para una segunda lectura por lo que, continuará …

 

Alejandro López Oliva

Miembro del Observatorio de Bioética

Universidad Católica de Valencia