Edmund D Pellegrino (1920-2013) médico internista y profesor de Medicina en Estados Unidos es considerado uno de los mas importantes puntales de la ética médica de todos los tiempos. Para muchos su muerte, hace ahora una década, estableció el fin de una era de la medicina. Poco conocido en España, su biografía y su obra le sitúan en una tríada Hipócrates—Thomas Percival—Edmund D Pellegrino, en una cúspide histórica de la reflexión sobre la moralidad médica (Fins, 2013). A su muerte, las expresiones de admiración, respeto, y cariño, a lo largo de todo el país, fueron extraordinarias.
El libro ahora publicado, denominado Sanación y vocación y subtitulado “El compromiso religioso en Cuidados de Salud” (EUNSA, 2022), fue el último del autor; y es la versión en inglés (Helping and Healing) del texto publicado en italiano pocos años antes. Aunque no fue el final de su obra escrita, representa un giro importante en la obra del autor, pues incorpora y completa la “perspectiva religiosa” de su pensamiento —que ya iniciara con The Christian Virtues in Medical Practice (Georgetown University Press, 1996)— y se prolongaría hasta su muerte.
Entendiendo que, sin un conocimiento previo de la figura y el pensamiento del autor —que abarca a las últimas cuatro décadas de su vida— el lector médico podría no captar plenamente su esfuerzo y significado, su traductor y buen conocedor de la obra de Pellegrino —el también médico y profesor de medicina Manuel de Santiago— inicia el libro con un amplio estudio sobre la vida y el pensamiento del maestro; que permite discernir entre “lo que puede dar de sí la fe religiosa” en el plano teórico y lo que fue la experiencia de un médico creyente que había explorado antes, durante décadas, la dimensión secular del acto médico. Para al final reconocer la gran debilidad del pensamiento médico en su país por aquellos años, su alejamiento de los valores clásicos de la medicina —de su pasado hipocrático— y su cesión a las veleidades y modas de su tiempo, ejecutor de prácticas impensables que la medicina siempre había rechazado.
Ante lo que denominó la “metamorfosis” de la medicina, Pellegrino consagró los mejores años de su vida y de su amplia experiencia como clínico, al ideal de recomponer la dimensión moral de la medicina, volcándose sobre la renovación del acto médico clínico. Primero desde una dimensión universal y un discurso secular y luego, tras su desilusión, abordando el compromiso de los médicos creyentes ante la realidad de los hechos. Y después, frente al silencio y/o progresiva exclusión de las convicciones religiosas de los médicos en el debate moral de muchas de esas prácticas. También del médico norteamericano, co-responsable de muchas de las tecnologías y supuestos avances técnicos de la profesión; incluida la tibia resistencia de los órganos representativos de la medicina del país ante determinadas leyes anti-deontológicas.
El estudio introductor permite comprender al lector que, aunque está ante una serie de capítulos aparentemente independientes —o desvinculados entre sí—muy al contrario están integrados en un único objetivo: mostrar los diferentes enfoques de la práctica de la medicina donde la conciencia religiosa del profesional —crecientemente ignorada por la literatura— enriquece la humanidad del acto médico clínico y engrandece la relación médico-paciente.
Sabido es que Pellegrino fue uno de los fundadores de la bioética, y que la mayoría de sus libros los escribió con su discípulo y después amigo el filósofo David C Thomasma; pero es general la percepción de que, aunque son dos autores y un único pensamiento, Pellegrino fue claramente el primus inter pares del dúo y el artífice del discurso moral médico: de la inquietud profunda por los negativos cambios que veía en la práctica de la medicina de su país. Una ojeada a su último currículo, disponible en internet, da idea de su extraordinaria contribución a la renovación clínica moderna de la medicina y en especial a la ética médica.
Sanación y Vocación traduce Helping and Healing. Religious Commitment in Health Care con rigor, y como tal reproduce el texto en su integridad. Consta de 9 capítulos, y los índices de autores y materias; y se construye por adición de artículos previos ya publicados de Edmund D Pellegrino y David C Thomasma, que el lector puede revisar en los Agradecimientos al principio del libro. En la Introducción, los autores exponen claramente los objetivos buscados, algo que aflora al lector por las temáticas que abordaran: siempre desde la base de sus libros anteriores, esto es, desde las bases de una ética de la medicina de fundamento filosófico.
Sanación y Vocación representa un paso mas, es decir, el objetivo de desarrollar una descripción mas completa de tal filosofía moral, que ahora abarca la incorporación de las fuentes religiosas de la moral médica. ¿Qué influencia tiene la religión —se preguntan los autores— en el tipo de persona que el profesional de la medicina debe ser? Una cuestión importante orillada hoy, que prende una gran atención en el lector médico interesado; sobre todo por lo infrecuente de que la aborden dos laicos creyentes. El lector advierte pronto que está ante unas reflexiones nuevas y en algún momento fascinantes. Que unos médicos leerán con gran interés y otros, aún sin leerlo, con indiferencia. Porque, para los autores, “este libro es un estímulo y un refuerzo para aquellos profesionales de la salud que buscan ser sanadores en el sentido mas pleno”: y porque “gran parte del desaliento moral en que han caído las profesiones (medicina, derecho, incluso el sacerdocio) es consecuencia de las exigencias éticas percibidas, pero sin una filosofía moral en qué basarlas”, y porque “gran parte de las personas con creencias religiosas buscan fuentes de inspiración y aspiración mas allá de las tendencias minimalistas de la moral médica contemporánea.”
Las temáticas de los capítulos reflejan claramente el libro: “Salud y Enfermedad”, “Sanación y cuidado”, “La religión y el proceso de sanación”, “El principio de vulnerabilidad”, “La religión y los principios de la ética médica”, “La medicina como llamada”, “Una comunidad de sanación”, “Amor y justicia en el ministerio de salud: de la profesión a la sanación —la perspectiva filosófica, y el último capítulo “Amor y justicia en el ministerio de salud: de la profesión a la vocación —la perspectiva teológica”. Finalmente, una cuidada presentación por EUNSA, Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (Pamplona), que hace fácil el manejo y la reflexiva lectura que precisa el libro.
Para el profesional sanitario, medicina y enfermería, el valor de “Sanación y Vocación” es diverso. En primer lugar —y lo mas importante— porque visualiza la importancia de las convicciones religiosas en la práctica de la medicina, en el cuidado y curación de los enfermos y en el abordaje no solamente técnico de la vulnerabilidad humana. Pellegrino proyecta, desde su experiencia, cómo la conciencia cristiana se ve especialmente removida si el sanador cree realmente en Dios y en la responsabilidad moral que ello implica en el acercamiento al dolor, siempre en imitación al amor de Jesucristo por los innumerables enfermos que curó y sanó a su paso por la tierra.
La mentalidad de Pellegrino y su lenguaje es secular, directo, el propio de un laico culto que dio el paso, a veces nada sencillo, de integrar y hacer explicita la conciencia —su conciencia— en todas las acciones y decisiones médicas. Y que puso por escrito a contracorriente en toda su extensa obra. Siempre desde una libertad admirable, profesoral, para explicar lo que la fe en el Dios verdadero aporta al acto de sanación. El maestro no fue un teólogo ni nunca se lo propuso, pero su andadura profesional primero como rector de la Universidad Católica de América y después como profesor de medicina y ética médica en Georgetown University —la universidad de los jesuitas en Washington— le permitió un fuerte acercamiento a las cuestiones dilemáticas de la moralidad médica, y siempre ante el espejo de los mas diversos teólogos y credos distintos. Su fidelidad a la Iglesia en años complejos fue proverbial y será siempre una referencia; algo que hizo compatible con una verdadera libertad de espíritu, tolerancia y carácter acogedor, amigo de sus amigos aunque no pensaran igual. Sus largos años en esta Universidad, su obra intelectual, su compromiso moral y la extraordinaria calidad de su persona le ganaron un gran prestigio en el país y sobre todo en los medios católicos, no exento obviamente de algunas reservas, pero siempre con el respeto de los medios profesionales y bioéticos de los mas diversos planteamientos.
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