El método empleado podría servir para tratar enfermedades cardíacas en humanos, la principal causa de morbilidad y mortalidad en todo el mundo.
Un equipo estadounidense ha reparado el tejido cardiaco de ratones utilizando una herramienta de edición genética derivada del método CRISPR. La patología curada era la lesión por isquemia-reperfusión, relacionada, entre otras dolencias, con el infarto de miocardio.
El trabajo ha sido publicado en la revista Science, donde se explica cómo investigadores del Centro Médico del Sudoeste de la Universidad de Texas han empleado los editores de bases CRISPR-Cas9 (Clustered regularly interspaced short palindromic repeats), pero utilizando una versión más sofisticada del método capaz de cambiar químicamente determinadas bases del genoma (por ejemplo, una Adenina por una Guanina) sin cortar el ADN. La finalidad era modificar en los corazones de ratones una proteína clave en la lesión isquémica, mediante la modificación del gen responsable de su codificación. Según los autores del artículo, la intervención ha permitido la recuperación funcional del órgano.
Sin duda se trata de un gran avance, ya que esta técnica podría usarse para tratar un tipo de pacientes con enfermedades cardíacas, como ha expuesto Eric N. Olson, del centro médico responsable.
En declaraciones a Science, el experto señala que estas primeras evidencias preclínicas «sugieren que algo parecido podría suceder si se inyectaran estos mismos reactivos CRISPR en la zona infartada de un corazón humano, algo que todavía tardará en poder ser investigado».
En nuestro Observatorio hemos publicado diversos artículos sobre edición genética y sobre los últimos avances de la técnica CRISPR/Cas9, que, sin duda, merecen análisis y valoración bioética.
Aumentan las enfermedades cardiovasculares
No hay que olvidar que las enfermedades cardiovasculares son las más mortíferas del mundo, ya que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anualmente se cobran 17,3 millones de vidas (ver aquí). Se estima que para 2030 casi 23.6 millones de personas pueden morir por una de estas patologías.
Asimismo, según un estudio publicado en la revista científica Circulation, las muertes por enfermedades cardiovasculares (ECV) crecieron un 6% en Estados Unidos durante 2020.
«Si bien el número total de muertes relacionadas con ECV aumentó de 2019 a 2020, lo que puede ser aún más revelador es que nuestra tasa de mortalidad ajustada por edad aumentó por primera vez en muchos años y en un 4,6 por ciento, que resulta bastante sustancial», ha comentado la líder del estudio, Connie W. Tsao, profesora asistente de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y cardióloga de planta en el Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston.
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.