La red Euro-Peristat, cuyo objetivo principal es la investigación perinatal para mejorar la salud y atención sanitaria de las mujeres embarazadas y recién nacidos, ha publicado recientemente un nuevo Informe Europeo de Salud Perinatal: “Indicadores básicos de la salud y cuidado de las mujeres embarazadas y bebés en Europa de 2015-2019”.

El estudio ha contado con la colaboración de 24 estados miembros de la Unión Europea y con Islandia, Noruega, Suiza y Reino Unido. Estos han aportado sus datos a través de un conjunto de 10 indicadores desarrollados por Euro-Peristat, creado para facilitar la comparación de datos estadísticos otorgando más validez a las investigaciones.

Consecuencias de los embarazos en edades tardías

Según el estudio, la edad de la gestante repercute en las consecuencias sobre la salud de la madre y su hijo. Esto se observó tanto en edades tempranas como tardías.

Según los datos recogidos por el estudio, más del 20% de los nacimientos de la mayoría de los países europeos, tuvieron lugar en mujeres con 35 años o más y un 4% en mujeres de 40 años o más.

España es el país con el mayor porcentaje de mujeres embarazadas con más de 35 años (40%), seguido de Irlanda (39,4%), Italia (34.4%) Portugal (33.2%) y Luxemburgo (31.6%), los cuales van en aumento y están también a la cabeza en cuanto a gestantes mayores de 40 años con un 9,9%. Se encuentran en la misma situación países como Italia con un 9.9%, Irlanda con un 7.8%, Portugal con un 7.7% y Luxemburgo con el 6.4%.

La red Euro-Peristat enumera a lo largo del informe algunas de las consecuencias que puede acarrear el dar a luz a edades tardías, entre ellas el aumento de riesgo de parto prematuro, con sus comorbilidades asociadas (ver más). A esto debe sumarse el hecho de que la mayoría de mujeres que se quedan embarazadas en edades tardías lo hacen por técnicas de reproducción asistida. En nuestro Observatorio hemos publicados varios artículos que analizan los efectos secundarios de estos medios de reproducción, comprometiendo en mayor medida la salud tanto de la madre como de su hijo, así como otros problemas de salud que pueden manifestarse tardíamente en los hijos concebidos por estos métodos.

El presidente de la Sociedad Española de Neonatología, Manuel Sánchez Luna, ha explicado al diario digital El Español que los cambios sociales han influido en el retraso de la maternidad: “las comunidades familiares han dejado de serlo, la mujer se ha incorporado al trabajo, la crisis ha hecho que ésta retrase el momento de la gestación ya que interrumpe la vida laboral, y otros aspectos sociales. Ese retraso genera una reducción de la fertilidad, que va de la mano con el riesgo de la prematuridad”.