Ha fallecido César Nombela, Catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid e investigador de microbiología, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entre 1996 y 2000, y rector honorario de la UIMP.
Nacido en Carriches (Toledo, 1946) fue un amante precoz de la microbiología, estudió en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid y se licenció en Farmacia y Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid. En 1972 se doctoró en la Universidad de Salamanca. En los siguientes tres años trabajó en la Universidad de Nueva York con Severo Ochoa y en el Instituto Roche de Biología Molecular.
Presidió también el Consejo Nacional de Especialidades Farmacéuticas y la Sociedad Española de Microbiología (1982-90), así como la Federación Europea de Sociedades de Microbiología (1995-98). Ha pertenecido a la Academia Europea y desde 2006 se contaba como académico de número de la Real Academia Nacional de Farmacia. Además de varias sociedades científicas, fue miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO (1998-2003) y, en España, presidente del Comité Asesor de Ética en la Investigación Científica y Tecnológica (2002-2005).
Trabajó como investigador postdoctoral en Estados Unidos (1972-75), con el Premio Nobel Severo Ochoa, en la Universidad de Nueva York y en el Instituto Roche de Biología Molecular en Nueva Jersey.
En 1975 se incorporó por oposición al Instituto de Microbiología Bioquímica del CSIC en Salamanca, del que pasó a la Universidad Complutense, obteniendo la cátedra de Microbiología de la Facultad de Farmacia (1981).
Su investigación en Biología Molecular Microbiana y Biotecnología se centró en microorganismos modelo, abordando la biogénesis de la pared celular, la transducción de señales en la célula, patogenicidad y factores de virulencia, y aplicaciones a la producción de proteínas recombinantes. Destaca su empleo de la tecnología genómica y proteómica, dirigiendo desde 2001 la primera cátedra extraordinaria de Genómica y Proteómica de la universidad española (patrocinada por los laboratorios Merck, Sharp & Dhome).
Fue autor de más de 140 trabajos de investigación original y director de más de 25 tesis doctorales, habiendo publicado artículos de divulgación y debate público en áreas como la bioética, la política universitaria y la política científica.
Ocupó importantes cargos en fundaciones, siendo presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa por designación testamentaria del Nobel.
Estaba en posesión, entre otras distinciones, de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (2001) y de las medallas de oro de la Universidad de Lérida (2000) y de la de Castilla-La Mancha (2001).
Dedicación a la Bioética
Su dedicación en el campo de la Bioética se orientó hacia la defensa de la vida y dignidad humanas en toda circunstancia.
En la Jornada sobre Bioética de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, celebrada el 3 de mayo 2012 afirmó que “poner límites al reconocimiento de que la vida humana se inicia en la concepción puede justificar cualquier cosa”. Por ello, las técnicas de fecundación in vitro, que hacen posible hoy la existencia del ser humano fuera del seno materno, demandan, a su juicio, una especial consideración de la bioética. “La primera división celular en el cigoto marca el futuro de cada ser humano. En la semana 13ª -en la que la anterior ministra de Sanidad habló de la existencia de un ser vivo pero no de un ser humano-, todos los órganos, las manos, las piernas y el sexo de cada individuo están formados”. Por ello, para César Nombela, “limitar el derecho a vivir a haber superado las 14 semanas de vida carece de justificación: ¿por qué no a las 8 o a las 16 semanas?”.
Nombela subrayó que la dignidad humana es el concepto central de la bioética, aunque algunos científicos han llegado a afirmar que es un “concepto inútil” y otros hayan equiparado la dignidad humana a la vida animal. “Para algunos científicos los primates deberían tener derechos humanos, porque comparten el genoma humano en un 98%, mientras que un niño deficiente puede ser eliminado. Dudo que sepan lo que significa la homología genética: el ratón comparte el 90% de nuestro genoma, los microbios el 30%: ¿reclamamos para los microbios el 30% de los derechos humanos?”.
Denunció conceptos como el de “pre-persona” o “ex persona”, que hacen que la ciencia pueda llegar a posturas cínicas, convirtiendo a la bioética en un “camino para la componenda” o para “retorcer el lenguaje de modo que justifique cualquier acción contra la vida humana”.
La bioética, nacida hace solo 40 años, ha vivido un auge exponencial, afirmó Nombela, pero se está tratando de reducirla a una “forma para encontrar salidas para cualquier cosa”, para “hallar respuestas rápidas e inmediatas a cuestiones como el aborto o la eutanasia”.
Descanse en paz un honesto y cualificado defensor de la verdad científica, de la vida y del ser humano. Sigamos su estela y aprendamos de su legado.
Observatorio de Bioética
Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
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