Una mujer, embarazada de 42 semanas más dos días y que esperaba dar a luz en su domicilio, fue llevada en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ante el riesgo que corría de sufrir complicaciones en el parto y a pesar de su oposición. Finalmente dio a luz a su hija mediante una cesárea, pero posteriormente recurrió al Tribunal Constitucional (TC) por obligarla a parir en un centro sanitario en el año 2019.
La mujer consideró vulnerados varios derechos fundamentales, a pesar de que en su última revisión médica, los sanitarios determinaron que existía riesgo de hipoxia fetal y muerte fetal intraútero si no se le inducía el parto de forma inmediata. A pesar de las recomendaciones, ella comunicó su intención de dar a luz en su domicilio con ayuda de una matrona, pero el hospital solicitó al juzgado de guardia de Oviedo la adopción de ingreso obligado para la práctica inmediata de un parto inducido.
Ahora, tres años después, El TC ha desestimado el recurso de amparo según un reciente comunicado de la corte de garantías (ver más).
El magistrado Cándido Conde-Pumpido, ha señalado en un voto particular concurrente que a pesar de no existir una legislación específica para este asunto, con la medida judicial de trasladar a la mujer para que diese a luz en un hospital se cumplió el deber jurídico de protección de la vida en formación, pues «la viabilidad del feto era de todo punto innegable, debido al avanzado estado de gestación».
Los partos en domicilios, tres veces más peligrosos
Las mujeres que dan a luz fuera del hospital tienen tres veces más probabilidad de desarrollar complicaciones y de mortalidad perinatal que aquellas que lo hacen en un hospital, según un estudio de la Ben-Gurion University del Negev y el Soroka Medical Center (Israel).
En España, los partos domiciliarios no son demasiado frecuentes. Según un análisis llevado a cabo por EpData de los microdatos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 un total de 1.273 nacimientos tuvieron lugar en España en domicilios.
Esta cifra representa un 0,32% de todos los partos, una realidad muy distinta a lo que ocurría hace unas décadas: en 1980, nacieron en España un total de 96.683 niños, un 16,9% de todos los nacimientos.
Valoración bioética
El derecho a la autonomía de la madre acerca de cómo vivir el parto de su hijo debe ser respetado, pero ello exige paralelamente una información veraz sobre los riesgos que se asumen con cada decisión, cuyas consecuencias afectarán no solo a ella, sino a su hijo, que, en este caso, no puede opinar.
Humanizar el parto hospitalario, limitar el intervencionismo excesivo y escuchar a la madre y sus necesidades parece una buena opción para promover más partos exitosos, más niños sanos y más madres felices tras su experiencia.
Se trata este de un caso en que entran en conflicto la autonomía de la madre para dar a luz a su hijo según su voluntad, y la salud de ambos, madre e hijo, que en este caso parecían estar en grave riesgo en caso de que el parto finalmente se hubiera producido en su casa.
La autonomía del paciente no constituye un derecho ilimitado que haya que respetar en todo caso. Circunstancias diversas, como el nivel de información, la adecuada valoración de posibles consecuencias, la capacidad del paciente para decidir, que puede verse afectada en determinadas circunstancias, o el riesgo previsible y evitable que acompaña a determinadas opciones, pueden obligar a restringir la capacidad del paciente para elegir. Una fundada certeza acerca del daño irreparable que una determinada opción puede entrañar, puede mover a un juez a impedir que sea atendida determinada petición del paciente, obligando a someterlo a ciertas intervenciones aún en contra de su voluntad.
Otras situaciones presentan analogías con la que nos ocupa, como la negativa de algunos Testigos de Jehová a recibir transfusiones aún en riesgo de muerte o intervenciones quirúrgicas innecesarias demandadas por algunos pacientes que entrañan un riesgo cierto para su salud y ningún beneficio médico.
Julio Tudela
Cristina Castillo
Observatorio de Bioética
Instituto Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia