La Academia Nacional de Medicina de Francia ha emitido un comunicado de prensa adoptado el 25 de febrero de 2022, con 59 votos a favor, 20 votos en contra y 13 abstenciones, advirtiendo, al igual que han hecho otros países recientemente del alarmante incremento en el número de casos de identidad transgénero en los jóvenes, afirmando que, a menudo, están relacionados con la influencia del entorno social y que debe extremarse la prudencia al instaurar tratamientos de bloqueo hormonal y transición de género, porque pueden resultar contraproducentes y, en muchos casos, irreversibles.
La Academia llama la atención sobre la dificultad en diferenciar una tendencia transexual duradera de una fase pasajera del desarrollo de un adolescente.
La Sociedad para la Medicina de Género Basada en la Evidencia (SEGM), en un comunicado de prensa, ofrece el texto completo, que puede consultarse aquí.
Reproducimos a continuación los aspectos más importantes:
La identidad transgénero, identificarse con un género diferente al biológico, es persistente y dura más de 6 meses. Esta experiencia puede causar una angustia significativa y prolongada, lo que puede contribuir a un mayor riesgo de suicidio.
No existen evidencias de la existencia de bases genéticas que predispongan a la disforia de género o a la tendencia transexual.
Si bien esta condición se ha reconocido durante mucho tiempo, se ha observado un fuerte aumento en la demanda de intervenciones médicas(1,2) primero en América del Norte, luego en el norte de Europa y, más recientemente, en Francia, particularmente entre niños y adolescentes. Un estudio reciente de varias escuelas secundarias en Pittsburgh reveló una prevalencia que es claramente más alta que la estimada anteriormente en los Estados Unidos(3): el 10 % de los estudiantes se declararon transgénero o no binarios o no estaban seguros de su género. En 2003, el Royal Children’s Hospital de Melbourne diagnosticó disforia de género a un solo niño, mientras que en la actualidad trata a casi 200.
Cualesquiera que sean los mecanismos involucrados en los adolescentes -compromiso excesivo con las redes sociales, mayor aceptabilidad social o influencia por parte de su círculo social- este fenómeno epidémico se manifiesta en la aparición de casos o incluso grupos de casos en el entorno inmediato de los adolescentes(4). . Este problema primordialmente social se debe, en parte, al cuestionamiento de una visión demasiado dicotómica de la identidad de género por parte de algunos jóvenes.
La demanda de intervenciones médicas, debido al malestar que provoca esta condición (que no es una enfermedad mental per se), conduce a una creciente oferta de atención en forma de consultas o atención en clínicas especializadas(5). Esto involucra muchas subespecialidades pediátricas. Se utilizan primero las consultas psiquiátricas, y si la identidad es auténtica y persiste el malestar, se interviene endocrinología, ginecología y, en última instancia, cirugía.
Sin embargo, se debe extremar la precaución médica en niños y adolescentes, dada la vulnerabilidad, especialmente psicológica, de esta población y los múltiples efectos indeseables e incluso complicaciones graves que pueden ocasionar algunas de las terapias disponibles. En este sentido, es importante recordar la reciente decisión (mayo de 2021) del Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo de prohibir el uso de bloqueadores de la pubertad.
Aunque Francia permite el uso de bloqueadores de la pubertad u hormonas cruzadas con autorización de los padres y sin límites de edad, se necesita la mayor precaución en su uso, teniendo en cuenta los efectos secundarios como el impacto en el crecimiento, el debilitamiento de los huesos, el riesgo de esterilidad, consecuencias emocionales e intelectuales y, para las niñas, síntomas parecidos a la menopausia.
En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, en concreto la mastectomía, permitida en Francia a partir de los 14 años, y las cirugías relativas a los genitales externos (vulva, pene), hay que subrayar que estos procedimientos son irreversibles.
Cuando se brinda atención médica por este motivo, es fundamental asegurar el apoyo médico y psicológico, primero a los niños y adolescentes afectados, pero también a sus padres, sobre todo porque no existe una prueba que distinga entre disforia de género persistente y disforia adolescente transitoria. Además, el riesgo de sobrediagnóstico es real, como lo demuestra el creciente número de adultos jóvenes que desean la “detransición” o reversión del proceso. Conviene, por tanto, prolongar al máximo la fase de atención psicológica.
La Academia Nacional de Medicina llama la atención de la comunidad médica sobre la creciente demanda de atención en el contexto de la identidad transgénero en niños y adolescentes, y recomienda lo siguiente:
- Los niños y adolescentes que expresen un deseo de transición, así como sus familias, deben recibir apoyo psicológico extendido.
- Si persiste el deseo de transición, la decisión de tratar con bloqueadores de la pubertad o hormonas sexuales cruzadas debe considerarse cuidadosamente y en el marco de consultas multidisciplinarias.
- Los estudios médicos deben incluir información clínica específicamente adaptada para informar y orientar a los jóvenes y sus familias.
- Es necesario seguir investigando tanto los aspectos clínicos y biológicos como los éticos de este asunto, con evidencias todavía insuficientes.
- Los padres que respondan a las preguntas de sus hijos sobre la identidad transgénero o la angustia asociada deben permanecer atentos al papel adictivo del compromiso excesivo con las redes sociales, que es perjudicial para el desarrollo psicológico de los jóvenes y es responsable de una parte muy importante del creciente sentido de incongruencia de género.
Valoración bioética
La acumulación de posicionamientos en distintos países alertando del enorme riesgo de las intervenciones de bloqueo y transición hormonal de género, así como las cirugías posteriores relacionadas, que han llevado a países pioneros en este tipo de intervenciones, como Finlandia o Suecia, a prohibirlas en adolescentes, surge de las numerosas evidencias acerca del negativo balance beneficio/riesgo de estos tratamientos, que no resuelven las causas del problema sino que, por el contrario, generan trastornos graves y, en muchos casos, irreversibles en las poblaciones afectadas.(ver aquí)
Sorprendentemente, persiste la tendencia en muchos países, especialmente en España, de publicar leyes que promueven todo lo contrario de aquello de lo que nos advierten los expertos, facilitando al máximo las intervenciones de transición de género, a edades tempranas, sin evidencias sólidas y renunciando a todo control clínico que incluya diagnósticos precisos tanto de los procesos de disforia como de otros trastornos que pueden estar asociados, así como del necesario acompañamiento que debe ofrecerse, en actitud prudente y expectante, a los jóvenes que experimentan el deseo de transición de género, que en la mayoría de casos, lo hacen de manera transitoria influenciados por el ambiente, potenciado por las redes sociales y medios de comunicación.
Persistir, como hacen muchos políticos desde posiciones ideológicas mal fundamentadas y en actitud intransigente, en negar la evidencia científica, empujando a muchos jóvenes a intervenciones lesivas e irreversibles, constituye un acto maleficente e imprudente, que debe ser denunciado en aras de la protección de la salud de los implicados, su autonomía y, en último término, su libertad, para lo que es necesario informales debidamente del alcance y riesgos de estas intervenciones, así como de las alternativas disponibles.
Julio Tudela
Observatorio de Bioética
Instituto Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia
Referencias
- NHS, The Tavistock and Portman, Referrals to the Gender Identity Development Services (GIDS) for children and adolescents level off in 2018-19, 28 June 2019 (https://tavistockandportman.nhs.uk/about-us/news/stories/referrals-gender-identity-development-service-gids-level-2018-19/
- Swedish national health Council, Report on the prevalence of persons diagnosed with gender dysphoria since 1998 among registered citizens of Sweden, 2020, www.socialstyrelsen.se
- Kidd K.M., Sequeira G.M., Douglas C. et al, Prevalence of gender diverse youth in an urban school district, Pediatrics, 2021, vol 147, issue 6
- Littman, L., Parent reports of adolescents and young adults perceived to show signs of a rapid onset of gender dysphoria. PLoS ONE, 2018, 13(8), e0202330. https://doi.org/10.1371/journal.pone. 0202330; Correction: PLoS ONE 2019; 14(3): e0214157. Published online 2019 Mar 19. doi:10.1371/journal.pone.0214157
- Martinerie L., Condat A., Bargiacchi A., et al., Management of endocrine disease. Approach to the management of children and adolescents with gender dysphoria, European Journal of Endocrinology, 2018, 179, p. 1219-1237.