Un robot ha realizado por primera vez una cirugía sin humanos que lo guíen. Se trata de una intervención «delicada y compleja» en la que se han conectado dos extremos del intestino de un cerdo (ver AQUÍ). Sin duda, este hecho supone un nuevo paso hacia una cirugía totalmente automatizada en humanos.
El protagonista es STAR, un robot diseñado por un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) que ya había demostrado que era capaz de realizar exitosamente intervenciones gastrointestinales en cerdos. Sin embargo, para acceder al intestino tenía que hacer una gran incisión externa y aún requería de cierta orientación humana.
Axel Krieger, profesor de ingeniería mecánica de la Universidad Johns Hopkins y uno de los autores del artículo publicado en Science Robotics, señala que el trabajo del robot en las cirugías gastrointestinales produjo «resultados significativamente mejores que los humanos que realizan el mismo procedimiento». Los investigadores explican que la anastomosis intestinal es un procedimiento que requiere de un alto nivel de precisión y movimiento repetitivo para conectar los dos extremos del intestino. Incluso el más mínimo temblor en la mano o un punto mal colocado puede desencadenar severas complicaciones, explican, por lo que los cirujanos especialistas deben tener alta precisión y consistencia.
Hace décadas parecía un concepto de ciencia-ficción pensar en la presencia robótica en el quirófano. No obstante, los avances tecnológicos nos han demostrado lo contrario y los robots dirigidos o no por un cirujano experto puede alcanzar niveles de precisión, seguridad y éxito sin precedentes.
Valoración Bioética
Cualquier avance en la eficacia y precisión de las técnicas quirúrgicas en este caso de mano de la automatización robótica debe ser bienvenido y aplaudido si contribuye al beneficio en el abordaje de la cirugía de los pacientes. Los límites éticos que pueden establecerse a la instalación de técnicas o procedimientos robóticos son los relacionados con la seguridad de los procesos. En una intervención quirúrgica no son conocidos todos los riesgos posibles y por tanto no pueden predecirse al cien por cien las dificultades y necesidades que pueden ir surgiendo durante la intervención clínica. El factor humano resulta fundamental a la hora de abordar los imprevistos, las complicaciones o las dificultades no planificadas que pueden surgir en toda práctica quirúrgica. La capacidad de un robot para evaluar y proceder ante estos imprevistos y tomar decisiones a veces dilemáticas en las cuales hay que hacer una valoración de los balances de riesgo beneficio de las distintas opciones, no parece que a fecha de hoy pueda equipararse a la de un humano. Por tanto, habrá que dejar en manos de la robótica aquellos procedimientos en los cuales exista una razonable seguridad de eficacia sin asumir riesgos innecesarios. En el resto de casos, la intervención humana seguirá resultando imprescindible. (ver más).