Un artículo publicado en la web BioNews, titulado “Se espera un ensayo clínico de rejuvenecimiento del tejido testicular en Escocia”, estudia la necesidad de preservar la fertilidad de los niños prepúberes que han de ser sometidos a quimioterapia y radioterapia, tratamientos que pueden causar esterilidad.

En aquellos pacientes que ya han pasado la pubertad y corren el riesgo de ver afectada su fertilidad tras este tipo de tratamientos, puede recurrirse a la criopreservación de esperma, que puede ser usada posteriormente en técnicas de reproducción asistida para procrear. En cambio, los prepúberes presentan un problema más complejo que los especialistas esperan resolver con una técnica denominada criopreservacion testicular, la cual se encuentra en la etapa de pruebas clínicas, según afirma en el mencionado artículo.

La investigación de la criopreservación de tejido testicular para su posterior implantación está siendo promovida por un equipo de Salud Reproductiva de la Universidad de Edimburgo (Escocia), donde constatan que la prevalencia de cáncer en pacientes prepúberes está aumentando.

El tratamiento consiste en la obtención y posterior congelación de tejido testicular de los niños antes de iniciar el tratamiento. Si este procedimiento es exitoso, podrían obtenerse espermatozoides fértiles, aunque es probable que se tenga que recurrir a la ayuda de técnicas de reproducción asistida para lograr una fecundación, según el equipo de la Universidad de Edimburgo.

La investigación, desarrollada por este equipo, se basa en los estudios llevados a cabo en EE.UU. en el año 2019 con monos, en los que tras serles practicada esta intervención se logró el nacimiento de una cría sana (ver AQUÍ).

Por otro lado, el tejido ovárico crioconservado antes de que las niñas sean tratadas con quimioterapia o radioterapia y posteriormente trasplantado al finalizar el tratamiento, es una práctica habitual desde hace 25 años. En ese sentido, nuestro Observatorio ha recogido anteriormente la satisfacción que manifestaban mujeres que se habían recuperado de cáncer pudiendo procrear gracias a esta técnica.

Nuestra valoración

Creemos que estos experimentos clínicos que, según los autores del artículo mencionado, empezarían los primeros meses del año 2022, constituyen un gran avance para preservar la fertilidad futura de los niños, que puedan tener problemas. En principio, en esta fase del desarrollo de la investigación, no encontramos ninguna dificultad ética, tal como sucede en el caso de la criopreservación de tejido ovárico mencionada.

La obtención y criopreservación de tejidos testicular y ovárico abren la puerta, tras su implantación posterior, a recuperar la posibilidad de una paternidad y maternidad logradas por fecundación natural, a diferencia del caso en que son criopreservados los gametos, espermatozoide y ovocito, que requerirán indefectiblemente del recurso a las técnicas de reproducción asistida, como la fecundación in vitro (FIV) o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).

Estas técnicas presentan dificultades éticas, siendo la principal de ellas la eliminación de embriones humanos sobrantes del proceso, además del incremento en la probabilidad de que aparezcan complicaciones en la gestación para la madre y el feto o más riesgo de sufrir determinadas patologías en los niños nacidos tras FIV o ICSI.