La vacunación contra la COVID-19 para los niños y adolescentes es totalmente recomendable. En los estudios de que disponemos sobre eficacia y seguridad de esta vacuna para este rango de edades, a partir de los 5 años hasta la edad adulta, los resultados de seguridad, así como su eficacia, son claramente favorables frente a un riesgo muy bajo de aparición de efectos secundarios indeseables.
Acaba de autorizarse la vacunación contra la COVID-19 para niños que hasta ahora estaba restringida a adultos. La manera en la que este procedimiento se está poniendo en marcha no está exenta de polémica. En la Comunidad Valenciana se está pidiendo a los padres que contesten en un plazo de 24 horas para permitir, o no, vacunar a sus hijos. Además, la vacunación se va a realizar en los centros escolares, fuera de entornos sanitarios; los padres en principio no iban a estar presentes en el momento de la vacunación de sus hijos y, por lo tanto, no podrían supervisar un acto sobre un menor que requiere la supervisión del tutor o del padre. Esta manera de poner en marcha la vacunación en niños, desde luego, no es, en nuestra opinión, la mas acertada. Crea susceptibilidades en muchos padres que pueden negarse al proceso por la forma de plantearlo más que por el fondo. Dicho esto, apelamos a las autoridades sanitarias a que reconsideren la manera de plantear este tipo de vacunación, faciliten a los padres un periodo de reflexión mayor, permitan la presencia (parece que en algunas comunidades han cedido en este aspecto) del tutor o del padre junto al menor y faciliten la información necesaria para que los padres o tutores se creen un estado de opinión justificado.
Cabe decir que la vacunación contra la COVID-19 para los niños y adolescentes es totalmente recomendable. En los estudios de que disponemos sobre eficacia y seguridad de esta vacuna para este rango de edades, a partir de los 5 años hasta la edad adulta, en dos franjas (de 5 a 11 y de 12 a 17 años), los resultados de seguridad, así como su eficacia, son claramente favorables frente a un riesgo muy bajo de aparición de efectos secundarios indeseables. Ninguna vacuna está exenta de riesgos, ninguna. Se trata de que el balance entre el beneficio que esperamos lograr y los posibles riesgos de aparición de efectos indeseables, sea claramente favorable.
¿Cuál es el beneficio fundamental de la vacuna de la COVID-19 para los niños y adolescentes?
El primero es que reduce el número casos graves, que también los hay. La creencia generalizada de que entre los niños nunca de dan casos graves, no es cierta. También hay cuadros graves, menos que en adultos, pero también se dan los que requieren hospitalización; segundo, disminuye las secuelas que la COVID-19 puede dejar en estos niños en el futuro; y tercero, en las personas vacunadas que se infectan se produce menos carga viral, por lo tanto, van a infectar menos, van a diseminar el virus en menor proporción (a nivel epidemiológico esto es un dato muy importante). En cuanto a los efectos secundarios, es verdad que existen algunos graves, pero su incidencia, según el Centro de Control de Enfermedades estadounidense (CDC), es de 54 casos por millón de vacunados en el rango de edad de 11 a 17 años. En menores de 12 años aún es menor. Sin embargo, el beneficio que esperamos encontrar, tanto en la protección de los mismos niños y adolescentes vacunados, como en la de las personas que pueden llegar a ser infectadas por ellos, es inmensamente mayor. Por lo tanto, animamos desde este Observatorio de Bioética y haciendo caso de las evidencias científicas disponibles, a vencer las reticencias y a vacunar a los niños y adolescentes para mejorar nuestra protección contra la COVID-19.
Julio Tudela
Observatorio de Bioética
Instituto Ciencias de la Vida
Gracias por escribir este artículo. Suscita muchas dudas la vacunación en los niños, pero en el contexto que hemos vivido no queda más opción que la vacuna. Seguro que pasada la pandemia, el calendario vacunal quedará ajustado de otra manera…pero hoy toca vacuna.
¿Nos saltamos el consentimiento informado? ¿No importa el principio de primero no hacer daño? ¿Vamos a prevenir una enfermedad que no afecta a los niños más que levemente? (solo un 10% de los casos se dan en niños, de ellos uno de cada 10.000 tiene alguna complicación, NINGUNO ha muerto por Covid19.). Los que sí mueren son los embriones humanos que se necesitan para fabricar la vacuna. Menuda gran bioética.
Me da mucha pena que el Dr. Tudela, de quien pensaba tenía criterios bioéticos y científicos serios, escriba este artículo tan alejado de la verdad y de la ciencia. Pare ejemplo, habla de «vacuna» a lo que es una terapia génica experimental. de la cual se desconocen los efectos adversos a mediano y largo plazo, exponiendo a los futuros ciudadanos a peligros no conocidos, pues asegura que son «seguras». Me gustaría mencionase en basa a qué información establece este planteamiento, pues no ha habido el tiempo suficiente para comprobarlo. Lo que si hemos visto, que a corto plazo está produciendo miocarditis y secuelas cardiológicas en mayor proporción de los casos de Covid que pretende prevenir, que por otro lado, no han sido tan severos. Dispongo de muchos artículos científicos que muestran lo contrario de lo que el autor menciona en este trabajo. Ruego a Dios le ilumine y no se deje llevar por lo que dicen las farmacéuticas. Dios le proteja y bendiga.