La biopolítica en los Estados Unidos de América está en uno de sus puntos más controvertidos. El Gobierno Federal es claramente favorable al aborto, y ha dejado sin efecto varias disposiciones de la anterior Administración que lo restringía. Entre estas, se encuentran los límites a la financiación de “Planned Parenthood”, un instrumento de los gobiernos demócratas que “indirectamente” financia el aborto con dinero de los contribuyentes. Paradójicamente, la posibilidad de abolir la antigua disposición de la Corte Suprema, estableciendo el derecho al aborto, la llamada sentencia Roe vs Wade, nunca ha estado más cerca.

Los actuales integrantes de la Corte Suprema, que hasta hace poco estaba alineada a la ideología pro aborto y en la que la última Administración ha cambiado su configuración incluyendo una mayoría de jueces no comprometidos con la política pro aborto, ha cambiado drásticamente el panorama político.

Todo esto provoca que la preocupación del actual Gobierno Federal y la amplia mayoría de los medios de comunicación, incluidas las poderosas redes sociales con un claro posicionamiento pro aborto, se estén movilizando para defender los pretendidos “derechos de la mujer gravemente amenazados”, si es que en algún momento debería considerarse el aborto como un derecho. De manera paralela, como es sabido, se omiten sistemáticamente los derechos del no nacido.

No nos es posible referirnos a todas las afirmaciones que están siendo vertidas con relación a este asunto, y nos limitamos a citar un artículo que nos parece que da una idea de hasta dónde ha llegado esta iniciativa que ha llevado a que las propias revistas científicas entren en las consideraciones políticas sobre la posible derogación de la sentencia Roe vs Wade.

El 26 de octubre, la reconocida revista científica Nature publicó un artículo titulado, “¿Por qué un centenar de científicos opinan sobre un caso de aborto de alto riesgo en EE.UU?, donde se muestra una posición favorable al derecho al aborto. El primer párrafo resume la preocupación del autor y la línea de pensamiento del artículo, “Una demanda que la Corte Suprema de los Estados Unidos deberá resolver próximamente podría acelerar el fin del aborto en aproximadamente la mitad de los Estados Unidos […]. El caso, que será escuchado por la Corte Suprema el 1 de diciembre, enfrenta al estado de Mississippi con la “Jackson Women’s Health Organization” (la única clínica en el estado que ofrece abortos) que demanda al primero por haber emitido una prohibición del aborto después de las 15 semanas de embarazo. En los tribunales inferiores de EEUU, la clínica ha argumentado con éxito que la prohibición viola la sentencia del caso Roe v. Wade, la histórica decisión de la Corte Suprema que en 1973 consagró el derecho federal al aborto hasta el punto en que un feto pueda vivir fuera del útero, lo que denomina un ‘estándar de viabilidad’. Esta sentencia fue pionera en los procesos de legalización de las prácticas abortivas en todo el mundo.

Al referido caso se le ha sumado una iniciativa de los funcionarios estatales que proponen terminar con el precedente establecido por Roe para que cada estado pueda establecer sus propias reglas sobre la legalidad del aborto. Por otra parte, en un movimiento sorpresa, la Corte Suprema anunció la semana pasada que también estudiaría un caso sobre la prohibición del aborto en Texas.