Desde el Observatorio de Bioética de la UCV volvemos a incidir en la reflexión bioética que debería hacerse acerca de algunos aspectos relacionados con la recuperación por parte del Ministerio de Sanidad de la reproducción asistida pública para mujeres sin pareja, lesbianas, bisexuales y trans. De nuevo, los derechos del niño, fruto de esta conquista que viene a ampliar según la noticia los derechos humanos de los solicitantes de estas técnicas,  no merecen la debida consideración por parte de los legisladores y promotores de estas propuestas, ya que se antepone de nuevo el derecho a la paternidad o maternidad de las personas solicitantes, al derecho del niño a tener un padre y una madre, de los cuales ha necesitado para ser concebido y que constituyen el entorno natural para la transmisión de la vida, su cuidado y custodia.

Otro aspecto, no menos importante, atendiendo al principio de la justicia distributiva, es si destinar fondos públicos a este fin estaría suficientemente justificado, teniendo en cuenta que el destino de esos fondos no va encaminado a la protección de la salud ni a la investigación médica, sino a complacer el deseo de mujeres o varones sin trastornos previos de fertilidad, detrayéndolos de necesidades más urgentes, como, por ejemplo, la implementación de los cuidados paliativos para los enfermos crónicos e incurables que sufren, entre otros. En este mismo sentido cabria reflexionar también si, como consecuencia del carácter universal de nuestro sistema de salud, el ya conocido como turismo reproductivo estaría incluido en este tipo de tratamientos en detrimento de otros como los ya mencionados.