La inteligencia artificial (IA) ha sido descrita como la «cuarta revolución industrial», que propiciará decisivas transformaciones a nivel global, incluyendo la salud mental. Pero, sin duda, esto puede propiciar también problemas éticos. En un reciente artículo se evalúa este tema y se concluye que los problemas éticos son «vastos y complejos», por lo que los autores sostienen que su aplicación se haga con la necesaria prudencia, pues se necesita mucha más reflexión sobre las implicaciones éticas que la llegada de la IA puede propiciar (ver más AQUÍ).