A los 14 días de la primera inyección de la vacuna, la propagación de la enfermedad caía un 33% entre los que vacunados, pero también entre los que no lo estaban.
Israel ha administrado la primera dosis de la vacuna de Pfizer contra la COVID-19 a casi dos millones de personas, de los más de nueve que contabiliza su Oficina Central de Estadísticas, por lo que no es extraño que los ojos de la comunidad científica comiencen a mirar a este país mediterráneo, de donde parten los primeros resultados de la vacuna en la vida real, aunque sean aún muy preliminares. Según el Ministerio de Salud israelí, la primera dosis ha frenado las infecciones en un 50% a los 14 días de su administración. Así lo ha afirmado la responsable del Departamento de Salud Pública, Sharon Alroy-Preis, en declaraciones al Canal 12 de la televisión israelí. Según la Clalit Health Fund, que ha realizado una investigación clínica sobre 200.000 personas de 60 años o más, a los 14 días de la primera inyección de la vacuna la propagación de la enfermedad caía un 33% entre los que estaban vacunados. Pero también entre los que no lo estaban. Los datos de este estudio preliminar sugieren que la vacuna de Pfizer puede evitar la transmisión del SARS-CoV-2 y no solo que la persona expuesta al virus contraiga la enfermedad. Por el momento, este estudio es muy preliminar y sobre una sola dosis, pero el directivo de Clalit considera los resultados “muy alentadores“ (ver más AQUÍ).
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