Tradicionalmente, la lucha contra las infecciones virales, basadas, por ejemplo, en la vacunación o los anticuerpos monoclonales, está relacionada con moléculas que interactúan con los patógenos de una manera diferente a aquella por la que el patógeno se relaciona con sus objetivos celulares. Las mutaciones que experimentan los virus les permiten, por selección natural, evadir la neutralización por parte de los anticuerpos, manteniendo, por tanto, su patogenicidad.

Para tratar de superar este inconveniente, un equipo de investigación ha desarrollado un sistema computacional de diseño de proteínas que permite la creación de «señuelos» que replican el receptor de proteínas al que se une un virus para infectar las células (hACE2), adquiriendo la capacidad de “atrapar” el virus impidiendo que se una al receptor celular (VER MÁS).

Estos señuelos pueden mostrar similar o incluso mayor afinidad que el receptor de la proteína original.

El diseño del señuelo neutralizante de la proteína viral mantiene su eficacia frente a las mutaciones en el virus. En los ensayos con células in vitro se han obtenido resultados muy prometedores, así como los experimentos con hámsters sirios, en los que una sola dosis profiláctica intranasal de señuelo los protegió de una posterior infección letal por SARS-CoV-2.

En resumen, lo prometedor de este trabajo radica en que se pone a punto una nueva estrategia que, a diferencia de la de los antivirales, que tratan de bloquear la replicación del virus, o la de la vacunación que estimula la formación de anticuerpos contra determinadas estructuras del virus, la mostrada en este trabajo trata de sintetizar estructuras proteicas que se parecen a los receptores a los que el virus se une para infectar la célula. En este caso, a diferencia de los mencionados antivirales o anticuerpos, las mutaciones del virus no harían disminuir su eficacia, mientras utilice los receptores hACE2 de la célula para infectarla, característica distintiva del mecanismo de acción del virus SARS-Cov-2. Por otro lado, el diseño computacional del señuelo proteico, permite generar moléculas que son biológicamente inertes para los humanos, evitando incorporar elementos del Enzima Convertidor de Angiotensina 2 humano (hACE2), que son conocidos como biológicamente activos.

Aunque esto no es más que una etapa inicial de una prometedora investigación, lo novedoso de su diseño permite augurar resultados significativos en no mucho tiempo en las estrategias de lucha contra el coronavirus SARS-Cov-2 y sus progresivas mutaciones.