Un tema de indudable interés general es tratar de prever que pasará en los próximos años con la pandemia de la COVID-19.

Con respecto a ello, el pasado 13 de noviembre de 2020 se publicó un artículo en Science, en el que se aborda este tema, de forma rigurosa.

En él se afirma que, entre otras cosas, en parte ello dependerá de las posibles variaciones de la respuesta inmune tras la infección por el SARS-CoV-2 y la consiguiente vacunación y por las medidas no farmacéuticas que se toman en el mundo, especialmente el cierre de negocios y centros educativos, restricciones de movimientos y encierros perimetrales de las zonas más afectadas.

También en áreas geográficas en las que se pueden esperar cambios bruscos climatológicos, los modelos matemáticos utilizados predicen una reducción de la susceptibilidad a las infecciones secundarias o a una más larga duración de la inmunidad adquirida, lo que puede dificultar un nuevo pico de la epidemia.

Estos efectos se reducirán en las regiones en las que las fluctuaciones climáticas sean menores. Pero en general, el modelo de anales utilizado, indica que el clima puede influir sensiblemente en la prevalencia de las infecciones.

Indudablemente la evolución de la pandemia se verá condicionada también por la cantidad de las vacunaciones, aunque ello estará también condicionado por la eficacia de la vacuna y la naturaleza de la respuesta inmune. Pero el análisis realizado indica que, con independencia de la inmunidad nacional conseguida y aunque los índices de vacunaciones sean moderados, la vacunación puede acelerar el control de la pandemia.

Por otro lado, la inmunidad celular, en paralelo con el número de tests que se hagan, condicionará la inmunidad global que se consiga.

Específicamente el estudio indica que la evolución de la pandemia dependerá: 1) de la duración e intensidad de las medidas que se tomen para bloquear la transmisión, y de la inmunidad clínica que se consiga después de la primera oleada de infecciones y de la vacunación masiva; 2) también influirán las variaciones individuales y poblacionales en diversos parámetros, especialmente la edad de los ciudadanos; 3) e igualmente influirá el impacto de evolución viral, las posibles coinfecciones y otras características de la COVID-19.

Los autores concluyen que una cuidadosa caracterización de las historias individuales del proceso inmunitario y de la inmunización colectiva que se logra, así como las características de las infecciones primarias y secundarias y las tasas de vacunación, serán definitivas para el manejo y control de la evolución de la pandemia.