Una de cada cinco personas diagnosticadas de la COVID-19 sufre problemas psiquiátricos de distinto orden, como pueden ser: ansiedad, depresión, insomnio, dentro de los seis meses después de haber sido diagnosticadas como positivas para el virus. Este elevado número de personas afectadas plantea la necesidad de promover medidas para tratar de solucionar el problema. En este estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford, también se ha detectado que las personas que presentan trastornos mentales previos a la infección eran un 65% más propensas a padecer los efectos psiquiátricos comentados que las personas sanas  (ver más aquí).