La revista Anales de Pediatría ha publicado recientemente un artículo titulado “Recomendaciones nacionales sobre donación pediátrica”. Se trata de un resumen de un documento de consenso elaborado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Asociación Española de Pediatría (AEP) y pretende facilitar los procesos de donación de órganos y tejidos en niños y neonatos. En el documento se analizan los fundamentos éticos que plantean estas técnicas en la edad pediátrica, en especial la donación de órganos en asistolia controlada (DAC). Se comentan además otros aspectos como los principios de la evaluación clínica de los posibles donantes, los criterios diagnósticos de muerte encefálica y los criterios de parada cardiocirculatoria y respiratoria.
La DAC se desarrolló a partir del real decreto 1723/2012 abriendo la posibilidad de la donación no solo bajo criterios de muerte cerebral, sino también bajo criterios de muerte en base al cese de signos cardio-respiratorios.
A partir de ese momento se suscitaron una serie de reflexiones bioéticas al considerar como posibles donantes a pacientes a los que se les va a aplicar una limitación del esfuerzo terapéutico (LET), también llamada limitación o retirada del tratamiento de soporte vital (LTSP, RTSP).
El debate ético se centró en los siguientes aspectos: cuándo y quién toma la decisión de la LTSP; el tiempo de parada cardio-respiratoria para el diagnóstico de la muerte (cinco minutos en nuestro país); las medidas de preservación pre mortem, como la administración de medicamentos o colocación de catéteres intravenosos (instrumentalización del donante); las medidas de preservación post mortem que pretenden evitar un reinicio de la circulación cerebral.
De especial interés son las conclusiones y recomendaciones que respecto a este tema elaboró el grupo de trabajo constituido en la Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana en 2014:
– Debe existir una separación de la decisión de la Limitar Tratamientos de Soporte Vital (LTSV) de la decisión de donar. La obtención de consentimiento para la LTSV debe basarse en criterios científico-técnicos y éticos, y ha de ser acordada, tras deliberación detallada por el equipo médico, antes de ser planteada a la familia.
– La obtención de consentimiento para la donación, solicitada por el equipo de trasplantes, debe obtenerse después de la LTSV y antes del diagnóstico de muerte. El proceso de información debe ser completo y debe incluir la posibilidad de fracaso en la donación.
– Si existiera conflicto real o percibido entre los objetivos de proporcionar CFV óptimos y la finalidad de procurar órganos viables para el trasplante, la prioridad será de optimizar los cuidados y el confort del paciente.
– Diseño y seguimiento escrupuloso de los protocolos de LTSV y Donación que sean aprobados por el Comité de Bioética Asistencial.
– En la donación tras la determinación circulatoria de la muerte, el proceso de información debe ser siempre trasparente. Es fundamental el respeto a la dignidad del cadáver y a la confidencialidad, así como facilitar el proceso de duelo familiar.
– Las autoridades competentes deben promover campañas educativas e informativas, destacando los beneficios que proporcionan los trasplantes a las personas que precisan órganos humanos, recalcando el carácter voluntario, altruista y desinteresado.
En el caso especial de los niños, y concretamente a partir del documento de consenso entre ONT y AEP, aparecen otros dilemas éticos como son: la validez del consentimiento por representación para autorizar tratamientos en el donante (ante mortem); la donación en pacientes pediátricos en régimen de cuidados paliativos (incluso con cuidados paliativos domiciliarios).
También se presenta en este documento como objetivo futuro la “donación en el caso de neonatos con malformaciones del tubo neural con pronóstico vital extrauterino limitado a muy corto plazo”. En esta situación se propondría a los padres la alternativa de finalizar la gestación en lugar de proceder al aborto (si es que esa hubiese sido su decisión). En el momento del nacimiento se mantendrían unos cuidados paliativos para finalmente proceder a una limitación del soporte vital y una DAC.
Javier Lluna González
Cirujano Pediátrico
Observatorio de Bioética
Universidad Católica de Valencia
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