Una extensa revisión sistemática publicada recientemente, evalúa la evidencia científica existente hoy día sobre las posibilidades de embarazo y posterior pérdida embrionaria en mujeres usuarias del Dispositivo Intrauterino (DIU) como método contraceptivo, para analizar los mecanismos post-fecundación responsables de las pérdidas embrionarias provocadas por los DIU.
Se evaluaron trabajos que utilizaron como marcadores de embarazo, la gonadotropina coriónica humana (hCG), los factores de embarazo temprano (Early Pregnancy Factor – EPF, por sus siglas en inglés), la observación directa de embriones en las trompas de Falopio, o la determinación de la globulina de unión específica al embarazo (PSBG). Los estudios de gonadotropina coriónica humana (hCG) se sometieron a una evaluación de calidad basada en la herramienta de calidad del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. (US Preventive Services Task Force). El sesgo de los estudios que evaluaron el embarazo de otras maneras, fue analizado estudio por estudio. En total, se identificaron 1,073 estudios y se leyeron 138 en detalle.
En total, fueron analizados 23 estudios de b-hCG, 4 de observación directa de embriones en trompas de Falopio, 2 de globulina de unión específica al embarazo (PSBG), y 1 de EPF (proteína de choque térmico 10 (Hsp10) o chaperonina 10). En el conjunto de los estudios considerados, el 7,3 por ciento de las usuarias de DIU presentaban evidencia de fertilización y fracaso del embarazo. En los estudios considerados de buena calidad, el 4,5 por ciento presentaba evidencia de fertilización y no progresión del embarazo.
Aunque no han sido publicados ensayos aleatorios de formación y pérdida de embriones en usuarias de DIU en comparación con controles sin contracepción, puede afirmarse que, aunque los estudios de b-hCG abarcan un amplio espectro de calidad, existen varios estudios de buena calidad que apoyan la formación y pérdida de embriones en estas mujeres. La evidencia del hallazgo de embriones en las trompas de Falopio es moderada, como la evidencia de la detección de PSBG y Hsp10 como marcadores de la existencia de embarazo precoz, que es limitada, aunque son indicadores de la existencia de un efecto postfertilización del DIU, de modo que existiría fecundación en muchos casos y formación del embrión, pero el dispositivo interferiría en el proceso de implantación uterina, provocando su pérdida, o sea, actuando por un mecanismo abortivo en el significado estricto de la palabra.
Manipulación en la información suministrada
Debe resaltarse que, en las conclusiones de varios de los estudios analizados se tiende a minimizar la evidencia de la formación de los embriones y su pérdida posterior relacionada con el DIU. Para evaluar mejor la tasa de pérdida de embriones en usuarias de DIU en comparación con las no usuarias, las investigaciones futuras deberían incluir ensayos prospectivos bien diseñados y evaluaciones menos subjetivas de la existencia de embriones en las trompas de Falopio, como método de detección temprana del embarazo.
Esta revisión también ha revelado que los autores estudiados habían tratado de ocultar o minimizar el mecanismo de acción postfertilización del DIU, relacionado con su efecto antiimplantatorio.
Por ejemplo, el grupo de trabajo de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) concluye lo siguiente:
“. . . se demostró de manera concluyente que el DIU puede evitar que el embrión se implante, luego sería considerado por los católicos como causante de un aborto temprano. Como son muchas las agencias involucradas en la investigación, desarrollo o suministro de anticonceptivos se prefiere dejar el problema del mecanismo de acción sin resolver, lo que puede explicar por qué la investigación de los mecanismos de acción contraceptiva de los DIU ha sido escasa en los últimos veinte años”.
En el mismo documento, se concluye lo siguiente:
«Hay evidencia suficiente para sugerir que los DIU pueden prevenir e interrumpir la implantación. La medida en que esta interferencia contribuye a su acción anticonceptiva es desconocida. Los datos son escasos y las consecuencias políticas de la resolución de este problema interfiere con la investigación integral «.
El Congreso Americano de Obstetricia y Ginecología, Planned Parenthood y otros líderes en el cuidado de la salud de la mujer, han optado, de manera similar para obviar los efectos postfertilización o abortivos, por continuar utilizando términos como «óvulo fecundado» en lugar del término embriológicamente correcto «cigoto» o «embrión» o por priorizar los cambios en el moco cervical como mecanismo de acción del DIU, cuando este mecanismo ha sido mucho menos estudiado que los mecanismos postfertilización.
Los autores del presente estudio lamentan que la motivación ideológica se ha impuesto a los criterios científicos, resaltando la importancia de la honestidad en la investigación, la utilización del lenguaje y la información a los potenciales usuarias. Es una violación del consentimiento informado y la autonomía de las mujeres el ocultar información relevante para la aceptabilidad ética del uso de estos dispositivos.
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