El interés del donante como persona es prioritario, y no el de los receptores de los órganos o el de la sociedad

Determinar el momento de la muerte sigue siendo de singular importancia para valorar éticamente la donación de órganos. En un reciente artículo se lleva a cabo una amplia reflexión sobre ello, haciendo especialmente referencia a una guía promovida en Estados Unidos, la “Uniform Determination of Death Act” (UDDA), que especifica que la muerte se produce cuando se dan, tanto los criterios circulatorios como neurológicos, de una forma irreversible. Pero a nuestro juicio, lo más sugestivo del artículo es lo que hace referencia al tema de la donación de órganos: “el interés del donante como persona es prioritario, y no el interés de los receptores de los órganos o el interés de la sociedad”.