La terapia antirretroviral ha logrado que las personas infectadas por el VIH no lleguen a desarrollar el sida, sino que se conviertan en pacientes crónicos. Ello conlleva que estas personas, en muchos casos, descuiden las medidas necesarias para prevenir la infección por el VIH, por considerar que dicha infección ya no puede ser ocasión próxima de padecer una enfermedad grave como es el sida.

Sin embargo, ahora se publica una amplia revisión en Nature Reviews/Cardiology, en la que se concluye que las personas infectadas por el VIH, aunque no desarrollen el sida, tienen mayor riesgo de problemas cardiovasculares que las personas sanas, lo que sugiere, que de nuevo habría que estimular las medidas de prevención para la infección por el VIH, para tratar de impedir los problemas cardiovasculares que en estas personas se pueden desarrollar.

Según refieren los autores del artículo que se comenta, a finales de 2017 había aproximadamente 3,6 millones de personas infectadas por el VIH en el mundo y cada año se infectan 1,8 millones de personas más. Como consecuencia de la transformación de estas personas en enfermos crónicos, se sugiere que, en el año 2030, el 73% de las personas infectadas por el VIH tendrán más de 50 años y que posiblemente estas pacientes tendrán también más problemas cardiovasculares.

En la revisión que se comenta (ver AQUÍ) se evalúa esto, para tratar de comprobar si efectivamente la infección por el VIH puede favorecer la presencia de enfermedades cardiovasculares en estas personas.

Se concluye que, efectivamente, existe un sustancial aumento del riego de infarto de miocardio en ellas, aunque la infección por el VIH esté bien controlada.

También los autores comentan las estrategias terapéuticas que se podrían seguir para tratar de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en las personas con infección por el VIH.

Aunque éste no es un tema en sí mismo bioético, sí que puede tener repercusiones éticas el que las personas con riesgo de ser infectadas por el VIH mantengan las conductas pertinentes para lograr disminuir dicha infección, dadas las complicaciones cardiovasculares que en estos pacientes se pueden presentar.