Planned Parenthood está a punto de perder 60 millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos al decidir un Tribunal de Apelaciones, que debe entrar en vigor la nueva interpretación de la ley “Title X”, establecida por la administración Trump, que impide dar dinero público federal a negocios en los que se practican abortos. Sin embargo, Planned Parenthood no caerá en la indigencia, pues seguirá recibiendo 500 millones de dólares de fondos federales para financiar sus programas de anticoncepción, de «educación sexual» y de «salud sexual». Además, esta lucrativa empresa no parece que corra peligro de morir arruinada, pues en 2015, del millón de abortos provocados que se practican en Estados Unidos, un tercio, 328.000, los facturó esta multinacional (ver más).