Saybie es el ser humano más diminuto que ha nacido jamás, según el registro de la Universidad de Iowa.

 

Hace cinco meses nació la diminuta Saybie. Pequeña entre los pequeños. Pesó 245 gramos, ni siquiera un cuarto de kilo. Medía 23 centímetros de pies a cabeza. Su esperanza de vida era casi nula, pero ha ganado la partida. Nunca antes había sobrevivido un bebé tan frágil. Saybie nació por cesárea, al cumplirse las 23 semanas de gestación, debido a que su madre tuvo una grave complicación médica. Cuando estos bebés nacen con menos de 28 semanas, los médicos los llaman «microprematuros». Saybie había nacido en diciembre y desde entonces los cuidados fueron extremos y la esperanza poca. El personal sanitario no creaba falsas ilusiones a sus progenitores. De hecho, fueron sus cuidadores en la Unidad de Cuidados Intensivos quienes la llamaron con ese juego de palabras en inglés: Say-bye, que en español significa «di adiós». Pero ella, el ser humano más diminuto que ha nacido jamás, según el registro de la Universidad de Iowa, no dijo adiós. Creció, engordó y vive. La niña ha sido dada de alta con dos kilos y 260 gramos, casi nueve veces su peso cuando nació, y con 40 centímetros, el doble de lo que media al nacimiento (ver AQUÍ).