Un comité asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS), creado tras el caso de las bebés nacidas en China con su genoma modificado (ver AQUÍ), ha recomendado la creación de un registro global para controlar la investigación en edición genética (ver AQUÍ) en humanos, con el objetivo de mejorar la transparencia y la responsabilidad de estas prácticas. Además, considera “que es irresponsable en este momento para cualquiera proceder con las aplicaciones clínicas de la edición del genoma de la línea germinal humana” (ver AQUÍ).

Como se comenta en la página web de la OMS, durante los próximos dos años, el Comité brindará recomendaciones para un marco de gobernanza integral para su uso a nivel internacional, regional, nacional y local. El Comité solicitará las opiniones de múltiples partes interesadas, incluidos grupos de pacientes, sociedad civil, especialistas en ética y científicos sociales.

Esta iniciativa se suma a otras recomendaciones dadas en el ámbito internacional sobre la edición genética, tales como el comunicado publicado en Nature el pasado mes de marzo, en el que especialistas de siete países piden el establecimiento de un marco de gobernanza internacional para regular el uso de la herramienta de edición genética CRISPR en aplicaciones reproductivas (ver más AQUÍ). Así mismo, un grupo de 62 médicos, científicos y bioeticistas ha emitido una carta abierta al Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Alex Azar, en la que le insta a una moratoria global de los experimentos que alteran embriones humanos para dar lugar a bebés.

A nuestro juicio, estas iniciativas son positivas y razonables, pero no es suficiente prohibir la implantación de los embriones humanos con su genoma modificado. La utilización de embriones humanos con fines experimentales y su posterior destrucción, también es éticamente inaceptable, en base a su estatuto biológico (ver AQUÍ) y antropológico (ver AQUÍ).