Tras el nacimiento en China de los primeros bebés modificados genéticamente, fruto de experimentos no regulados, el país se ha puesto en marcha hacia una regulación sobre la edición genética en humanos. Para ello, han elaborado un borrador del código civil por el cual “los experimentos con genes en adultos o embriones que ponen en peligro la salud humana o violan las normas éticas pueden considerarse como una violación de los derechos fundamentales de una persona”, según informa la revista Nature. Así, se pretende responsabilizar a los investigadores de los resultados adversos de este tipo de experiencias. Además, las nuevas regulaciones también van a exigir que los científicos obtengan una aprobación antes de poder modificar el genoma de embriones humanos.

El establecimiento de regulaciones respecto a la edición genética en humanos es ciertamente necesario, lo que ha vuelto a evidenciarse recientemente con el anuncio de que científicos en Rusia pretenden obtener más bebés modificados genéticamente (ver AQUÍ).

Sin embargo, a pesar de la vertiente positiva de estas regulaciones, cabe recordar que no prohíben la experimentación con embriones humanos, por lo que desde el punto de vista ético se pueden considerar insuficientes.