El Tribunal Europeo de Derechos Humanos pretende garantizar los derechos de los menores.

En los casos de vientres de alquiler, el padre suele aportar su material genético, pero en algunos países, su pareja (hombre o mujer) habitualmente encuentra problemas para legalizar su relación jurídica con el bebé. Francia es uno de esos países cuya legislación es más restrictiva al respecto. Por eso, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo, consultado por los jueces galos, ha emitido sus consideraciones sobre qué hacer en estos casos, afirmando que la legislación de cada país debe abrir una vía para el “reconocimiento de una relación legal parental-filial” del nacido de un vientre de alquiler con su mujer que se hará cargo del niño, aunque no sea su madre biológica. Esa relación no tiene por qué estar reconocida mediante la inscripción en los registros civiles como “madre legal”, en vista de que muchos países solo consideran como tal a la que pare al bebé. Para Estrasburgo, garantizar los derechos de los menores es una prioridad que se ve cumplida si la mujer que se hace cargo del niño queda inscrita como madre “adoptiva”(ver más AQUÍ).