El riesgo de que una persona se suicide en el primer año después de recibir un diagnóstico de cáncer se multiplica por 2,5 respecto a la población normal.
Los resultados, publicados en la revista CANCER, muestran también diferencias dependiendo del tipo de tumor. El mayor incremento se observó en los de páncreas y pulmón y algo menos en el cáncer colorrectal. En otros tipos de cáncer con mejor diagnóstico, como el de próstata o el de mama, no se observó un incremento significativo del riesgo de suicidio. El estudio, liderado por Hesham Hamoda, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, y Ahmad Alfaar, del hospital Charité, de Berlín, analizó la información de 4.671.989 pacientes registrados en la base de datos estadounidense SEER, entre 2000 y 2014. De esas pacientes, que representan el 28% de todos los casos que se dieron en el país norteamericano en ese periodo de tiempo, se quitaron la vida 1.585 dentro del primer año posterior a recibir la noticia de que sufrían algún tipo de cáncer (ver más AQUÍ).
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