El pasado 29 de noviembre se publicaron las conclusiones de la segunda cumbre internacional sobre edición del genoma humano, que ha tenido lugar en la Universidad de Hong Kong entre los días27 y 29 de noviembre.

La declaración final de este Congreso, firmada por relevantes investigadores, entre ellos Jennifer Doudna, creadora junto a Emmanuelle Charpentier de la revolucionaria técnica de edición genética CRISPR, concluye: “Los riesgos son demasiado grandes como para permitir ensayos clínicos de edición de la línea germinal humana en este momento. Sin embargo, el progreso en los últimos tres años y las discusiones en la cumbre actual sugieren que ha llegado el momento de trazar un camino riguroso hacia esos ensayos.”

Hace tres años, en diciembre de 2015, tuvo lugar la primera cumbre internacional a este respecto, que concluía que la edición genética germinal no estaba lista para llevarse a la clínica pero “a medida que el conocimiento científico avance y las opiniones de la sociedad evolucionen, el uso clínico de la edición de la línea germinal debe revisarse periódicamente” (ver más AQUÍ).

Ahora, este segundo Congreso, que ha estado marcado por la reciente comunicación del nacimiento en China de los primeros bebés modificados genéticamente, da un paso más, proponiendo comenzar a perfilar el futuro de los primeros ensayos clínicos: “Una vía hacia la edición de la línea germinal requerirá adherirse a estándares ampliamente aceptados para la investigación clínica, incluidos los criterios articulados en los documentos de guía de edición del genoma publicados en los últimos tres años. Dicha vía requerirá el establecimiento de estándares para la evidencia preclínica y la precisión de la modificación genética, la evaluación de la competencia para los profesionales de los ensayos clínicos, los estándares exigibles de comportamiento profesional y las asociaciones sólidas con los pacientes y los grupos de defensa del paciente.”

Tanto los riesgos de seguridad como la posibilidad de utilizar estas técnicas no solo para curar, sino para “mejorar” la especie humana, han sido considerados, discutidos y reconocidos en este Congreso.

No obstante, echamos en falta una consideración fundamental: la destrucción de miles de vidas humanas que las experimentaciones propuestas, y que ya se están llevando a cabo (Ver más), implican. El estatuto biológico del embrión humano, así como el antropológico, nos informan de la total ilicitud de estas prácticas. Los estudios con embriones humanos no pueden considerarse preclínicos, pues se trata de individuos vivos de nuestra especie. Por ello, el avance en edición genética germinal debe apoyarse en estudios con embriones animales, no con personas, tal como procede a las prácticas médicas comúnmente aceptadas.