Según se comenta en The Lancet, en las próximas décadas, se podrá secuenciar el genoma completo de los recién nacidos, de forma técnicamente fácil y económicamente asequible y esta información podrá ser utilizada para la prevención, detección y tratamiento de enfermedades, en opinión de Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. Pero ello puede suscitar objeciones éticas, según un último informe del “Hastings Center” (Ver AQUÍ). Según dicho informe la secuenciación se puede utilizar para dos propósitos, el diagnóstico y el escrining y en tres contextos: la clínica práctica, la salud pública y los servicios que se les pueden ofrecer a estos niños en la edad adulta.

Diversos profesionales de la salud han alertado del peligro que la referida secuenciación puede tener para esos niños, sobre lo cual están de acuerdo otros grupos bioéticos en Europa y el Reino Unido, ya que opinan que los actuales conocimientos no justifican un «screening» universal del genoma de los recién nacidos, pues hay importantes problemas, tanto científicos como éticos, que resolver antes de utilizarlo de forma generalizada, pues aunque es grande el potencial que estas técnicas tienen, tanto para mejorar la salud, como especialmente en el campo de la medicina personalizada, aún es pronto para utilizarlos, en contextos médicos y no médicos, por lo que antes hay que llevar a cabo profundas investigaciones para conocer mejor estos procesos técnicos y obviar las consecuencias¡ negativas de la secuenciación.