El director del Máster de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (UCV), Julio Tudela Cuenca, ha asegurado en la conferencia «Contracepción de emergencia. Dilemas éticos en su dispensación e información técnica», que “la contracepción de emergencia plantea objeciones de ciencia y de conciencia” y que “es un problema ético gravísimo porque la cantidad de medicamentos que se están vendiendo y consumiendo es enorme y no podemos volver la mirada. Desde que se liberalizó su dispensación, el consumo se ha disparado”.
Así, Tudela ha señalado que en su dispensación “se omiten aspectos del mecanismo de acción para su consideración ética, que es lo que nos mueve a retomar este tema desde la Asociación Española de Farmacia Social (AIFAS) y desde el Observatorio de Bioética de la UCV para que no se olvide”.
Según ha afirmado este experto, “algunos laboratorios y organismos oficiales están haciendo agresivas campañas publicitarias de estos medicamentos eliminando de su información todos los aspectos que puedan resultar conflictivos de los mismos: por ejemplo, se obvia cualquier referencia al efecto antiimplantatorio que pueden tener, es decir, que impidan que el embrión ya formado se anide en el endometrio”.
Por otro lado, “estos medicamentos tienen efectos secundarios, que si bien son poco frecuentes, a veces son graves. Además, las prescripciones médicas y controles farmacoterapéuticos que se exigen para otros tratamientos hormonales, en el caso de la contracepción de emergencia se salta completamente; no hay control, ni siquiera entre adolescentes. Una mujer puede ir a una farmacia y pedir dieciséis veces la píldora en un mes, y nadie le dice nada”, ha asegurado Tudela.
En definitiva, “esa dispensación libre, sin el control que los tratamientos hormonales requieren y en la que además se omiten los mecanismos de acción necesarios para su consideración ética, nos lleva a tomar un tema que parece dormido desde que se liberalizó su consumo. Además, algunos farmacéuticos están preocupados porque desde el Ministerio de Sanidad se ha anunciado que la intención es prohibir la objeción de conciencia a este medicamento, lo que significaría obligar a dispensar medicamentos que pueden actuar de una manera abortiva, aunque haya quien no nos deje emplear este término”.
Igualmente, Tudela ha reconocido que “si bien no se ha de decir a la mujer lo que debe hacer, sí se le debe dar toda la información sobre lo que está tomado. No podemos ocultar información o dar una información sesgada; no se puede engañar a la mujer. Sin información no hay libertad”.
Carola Mínguet
Dpto. de Comunicación Universidad Católica de Valencia
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