Uno de cada diez infectados por VIH practica ‘chemsex’
Hace aproximadamente una década, en España empezó a oírse la palabra chemsex. Se trata de una práctica que generalmente se da entre hombres que mantienen sexo con hombres y en la que se combinan determinadas drogas psicoactivas con el fin de facilitar, potenciar o prolongar el encuentro sexual. No obstante, las cifras se han disparado en el último lustro con la llegada de las aplicaciones móviles enfocadas a la búsqueda de parejas sexuales y la pérdida de miedo al sida, fundamentada en la eficacia de los tratamientos antirretrovirales. “Se calcula que uno de cada diez pacientes infectados por VIH practica chemsex”, manifiesta a DM Ignacio Pérez Valero, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario La Paz (Madrid). Según Pérez Valero, no hay datos a nivel general, pero sí se han registrado los correspondientes al colectivo de hombres homosexuales: entre un 30 y un 40 por ciento lo practican de forma regular. Y siempre con tres sustancias implicadas: el GHB (gamma-hidroxibutirato) o GBL (gamma-butirolactona), íntimamente relacionados entre sí; la metanfetamina, y la mefedrona (ver AQUÍ).
*Foto: Buena vibra
Yo no sé de dónde sale esa superchería periodística según la cual el chemsex incrementa el riesgo de adquirir VIH. Datos cuantitativos, cero. El chemsex es un riesgo para la salud mental. Quienes lo practican son en un 99% seropoditivos, se supone que toman tratamiento, están indetectables, y no pueden transmitir la infección. Pueden olvidarse de tomar la pastilla, pero está por ver que eso provoque un rebote viral por encima de las 200 copias y que con ello vuelvan a ser infecciosos, haya que camiarles la medicación, etc. Datos cuantitativos, no especulaciones o supercherías.