Se han creado por primera vez híbridos de humanos y ovejas por científicos de la Stanford University, que se han desarrollado en una oveja subrogada, habiéndose permitido la gestación hasta las 3 semanas (ver AQUÍ).

Estas experiencias abren la puerta a la creación de granjas de animales híbridos cuasi-humanos, que pueden ser utilizados para trasplantes y en este caso concreto, para tratar la diabetes de tipo 1.

La próxima etapa propuesta es implantar células humanas en embriones de oveja genéticamente modificados, para que en ellos se desarrolle un páncreas con ADN humano.

Ahora los investigadores están tratando de conseguir las licencias necesarias que les permitan alargar la vida de las quimeras producidas hasta 70 días. En relación con ello, el investigador principal del grupo, Hiro Nakuachi, cree que los órganos producidos en animales estarán dispuestos para ser utilizados en trasplantes en los próximos cinco o diez años. Para avalar su afirmación, Nakuachi manifiesta que ellos ya han generado páncreas de ratón en ratas, que trasplantadas a ratones diabéticos han curado completamente su diabetes, sin que fuera necesario tratarlos con inmunosupresores.

Unas experiencias similares se realizaron el pasado año en el Instituto Salk de California, por el grupo liderado por Juan Carlos Izpisua, creando híbridos de cerdos y humanos, pero al parecer aún no han conseguido resultados que pueden ser transferidos a la clínica humana.

En los órganos creados, una de cada 100.000 células era humana, pero en el nuevo trabajo se han conseguido crear órganos en los que hay una de cada 10.000 células. Los órganos producidos en cerdos y ovejas pueden ser utilizados en humanos porque su tamaño es muy similar.

Por otro lado, para que las experiencias en ovejas sean más eficaces, hay que mejorar la eficiencia, pues trasplantando 40 ó 50 embriones a cerdas subrogdas, solamente se obtuvieron 14 cerdos, mientras que trasplantados 3 ó 4 embriones a ovejas subrogadas, se obtuvieron 3 fetos.

Un problema que aún falta por resolver, según manifiestan algunos expertos, es lograr que los órganos trasplantados no sean rechazados.

Sin duda, son estas muy prometedoras experiencias que, aunque aún ofrecen algunos problemas éticos, podrían, si los mismos se resuelven, contribuir a paliar la escasez de órganos para trasplantes en la clínica humana.

 

 

*Fotos: Stanford medicine