La conservación de tejido ovárico obtenido de mujeres jóvenes con la finalidad de retrasar la maternidad es una práctica que está aumentando sensiblemente. Hay dos formas, una por razones médicas, cuando se presupone que un tratamiento, generalmente oncológico, puede dañar la fertilidad de la mujer y otra social, cuando por razones generalmente laborales se desea retrasar la maternidad.
Hasta ahora han nacido en el mundo 86 niños utilizando tejido ovárico. El primer embarazo, en animales, utilizando un trasplante de tejido ovárico se dio en 1999 y el primero en humanos tuvo lugar 5 años después. En 2012 se publicó el nacimiento del primer niño en Alemania tras utilizar tejido ovárico crioconservado (Ver AQUÍ).
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