Se está planteando en Gran Bretaña si a las mujeres transexuales que deseen convertirse en hombres, se les debería ofrecer la posibilidad de congelar sus ovocitos por si en un futuro desearan tener un hijo y si esta práctica debería ser financiada por la sanidad pública. La reasignación de sexo se practica en Gran Bretaña desde 1999 y ha aumentado considerablemente en la última década. Con independencia de otras razones bioéticas, la principal cuestión que se plantea es si esta práctica, que cuesta en ese país 3.000 libras, más otras 300 anuales por la conservación de los ovocitos, debería ser cubierta por el erario público o estos fondos deberían dedicarse al cuidado básico de la salud (ver más AQUÍ).