La escasez de órganos y tejidos humanos para trasplante representa una de las necesidades médicas no cubiertas más importantes hoy en día. Frente a este problema, el xenotrasplante, es decir, la utilización de células, tejidos u órganos animales para trasplantarlos en humanos, es una gran promesa, ya que aumentaría enormemente la disponibilidad de estos componentes biológicos, pudiendo llegar a cubrir el 100% de la demanda. Diversos animales podrían utilizarse para este fin, aunque actualmente parece que la opción más factible es el cerdo, ya que los órganos porcinos son muy similares a los órganos humanos en tamaño y función, y estos animales se pueden reproducir en grandes cantidades.
Sin embargo, todavía existen algunas dificultades de índole técnica que hay que superar para garantizar la seguridad de estos trasplantes. La primera es la incompatibilidad inmunológica, que hace que el cuerpo humano identifique el material porcino como extraño y lo ataque, poniendo en grave peligro la vida del paciente. Frente a este problema recientemente se ha propuesto la producción de quimeras humano-animales, animales en los que alguno de sus órganos es completamente humano, de manera que podría extraerse y utilizarse para el trasplante. La segunda dificultad es el riesgo potencial de transmisión de los virus que los cerdos tienen latentes en su genoma. Son los denominados retrovirus endógenos porcinos (PERV, por sus siglas en inglés: porcine endogenous retrovirus). Estos virus, a los que el cerdo es inmune, se encuentran “dormidos” en su genoma, pero se ha demostrado que en contacto con células humanas adquieren capacidad infectiva, lo que podría dar lugar a diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer.
Ahora, un estudio publicado en Science ha demostrado la posibilidad de utilizar la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9 para eliminar estos PERV del genoma porcino y producir así cerdos libres de virus, cuyos órganos podrían utilizarse con mayor seguridad en los trasplantes. Los investigadores, entre los que se encuentra George Church, de la Universidad de Harvard, consiguieron inactivar las 25 copias de PERVs funcionales en un tipo celular del cerdo. Para ello, diseñaron un sistema CRISPR-Cas9 que se dirigiera es estos genes y los destruyera. Posteriormente, seleccionaron aquellas células en las que la eficiencia de la edición genética había sido del 100% y no se habían generado efectos off-target (fuera de objetivo) y las utilizaron para generar embriones de cerdo por transferencia nuclear somática (clonación). Así, se extrajo el núcleo (genoma) de las células y se transfirió a ovocitos enucleados (a los que se les había quitado su núcleo), de manera que estos comenzaron su desarrollo embrionario. Estos embriones fueron transferidos a cerdas subrogadas y ya se han conseguido 37 lechones libres de PERVs, de los cuales 15 permanecen libros y van a ser monitoreados para estudiar el efecto a largo plazo de la edición genética en su desarrollo. Asimismo, estos estudios arrojarán luz sobre la funcionalidad, si es que la hay, de estos virus latentes en el genoma porcino, que actualmente se desconoce.
En principio, este avance nos parece muy positivo, pues los xenotrasplantes pueden llegar a tener una gran utilidad médica y son aceptables desde nuestro marco ético. Sin embargo, cabe señalar que en las investigaciones del citado estudio se utilizan células HEK293T, procedentes de un feto humano abortado. A nuestro juicio, las investigaciones en este campo deberían utilizar otro tipo de células, no procedentes de fetos o embriones humanos destruidos (ver estatuto antropológico del embrión humano AQUÍ) , de manera que tanto el fin como los medios utilizados sean éticamente aceptables.
*Foto: Istock
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