Edición genética de la línea germinal. Los riesgos de la edición genética germinal son impredecibles, lo que se ve agravado por el hecho de que los cambios producidos se transmitirán a la descendencia. Además, una preocupación añadida es que su aplicación a la prevención de enfermedades podría abrir la puerta al “mejoramiento” humano o la producción de “niños de diseño”, que supondría modificar nuestro genoma para hacernos más fuertes
En diciembre de 2015 tuvo lugar en Washington D.C. una cumbre internacional convocada por la Academia Nacional de Ciencias y la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos en la que científicos, médicos, bioéticos y especialistas en cuestiones legales se reunieron para alcanzar un consenso sobre la aplicación de la edición genética en humanos, tanto a nivel de laboratorio como clínico.
Como consecuencia de esta cumbre se elaboró un informe que ha sido publicado recientemente. En él se abordan cuestiones sobre la aplicación de la edición genética en humanos, incluyendo el equilibrio entre los beneficios potenciales y los riesgos no intencionados, cómo gobernar el uso de la edición genética, la incorporación de los valores de la sociedad en las aplicaciones clínicas y las decisiones políticas y el respeto a las diferencias entre las naciones y las culturas que determinarán si se usarán estas nuevas tecnologías y de qué forma. Pero uno de los aspectos más relevantes de este informe es que se muestra favorable al uso de las técnicas de edición genética sobre la línea germinal, es decir, gametos y embriones tempranos, restringiendo su uso solo a la prevención de enfermedades graves y siempre que no exista otra alternativa.
Los riesgos de la edición genética germinal son impredecibles, lo que se ve agravado por el hecho de que los cambios producidos se transmitirán a la descendencia. Además, una preocupación añadida es que su aplicación a la prevención de enfermedades podría abrir la puerta al “mejoramiento” humano o la producción de “niños de diseño”, que supondría modificar nuestro genoma para hacernos más fuertes, inteligentes, altos, delgados, etc., lo que se conoce como transhumanismo. A pesar de todas estas dificultades éticas, este informe es un ejemplo más de que, aunque no existe un consenso en la comunidad científica sobre la conveniencia y seguridad de esta aplicación (ver AQUÍ), la tendencia está siendo a aceptarla, con las dificultades éticas que ello conlleva.
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