En 1998 en Estados Unidos, solamente el 15% de los hospitales con 50 camas o más, tenían un programa reglado de cuidados paliativos. En 2013 este porcentaje aumentó hasta el 67%. Entre los hospitales de más de 300 camas, el 90% tienen ahora este tipo de cuidados. Sin embargo, aun parece que no se ha conseguido un entrenamiento generalizado de los facultativos para atender este tipo de necesidades médicas.

Por ello, se quiere implantar un sistema de preparación de facultativos, PCHETA, para mejorar, tanto la formación como la calidad en los cuidados paliativos. Para esto se ha asignado un presupuesto de 49.1 millones  de dólares, cantidad que no parece elevada para la mejora de la calidad de vida que se espera conseguir en los pacientes que padecen graves enfermedades (Ver AQUÍ).

Por otro lado, en una reciente revisión sistemática (Ver AQUÍ) que evalúa los efectos de los cuidados paliativos, sobre pacientes y cuidadores, y que utiliza datos de 12.731 pacientes (edad media 67 años) y de 2.479 cuidadores, se muestra una significativa mejora de la calidad de vida de los pacientes en los 1 a 3 meses después de iniciados los cuidados. Sin embargo, no se encontró una asociación entre cuidados paliativos y sobrevivencia.

Los autores concluyen que este metanálisis muestra una significativa asociación entre calidad de vida de los pacientes, aunque con respecto a los cuidadores los resultados fueron más inconsistentes y no se encontró una asociación significativa entre cuidados paliativos  y sobrevivencia de los pacientes.