Recientemente informábamos que había nacido el primer niño fruto de la aplicación de las técnicas de transferencia mitocondrial (ver AQUÍ). El pasado 10 de octubre la revista New Scientist informó que dos mujeres ucranianas han quedado embarazadas usando este método y ya están de más de 20 semanas de gestación. Según explica la revista, en esta ocasión la técnica no se aplicó para prevenir la transmisión de enfermedades mitocondriales, sino para superar problemas de fertilidad.
Cuando los problemas éticos de estas técnicas aún no han sido resueltos, siguen dándose pasos adelante en su aplicación clínica. «Parece que estamos en una carrera de fondo, con médicos especialistas en fertilidad, haciendo caso omiso de las evidencias que apuntan a los riesgos de seguridad a largo plazo asociados con estas técnicas de ingeniería de embriones», dice la doctora Marcy Darnovsky, del Center for Genetics and Society, en California (ver AQUÍ).
«Como muchos han pronosticado, permitir el uso de la técnica para la enfermedad mitocondrial abre la puerta al abuso generalizado por las clínicas de fertilidad que tratan de vender la última “actualización” FIV a la mayor cantidad de clientes posible,» dice Darnovsky. «El uso de estos procedimientos biológicamente extremos para la infertilidad se basa exclusivamente en la especulación, y plantea riesgos graves para los niños y las generaciones futuras. Esta es la cara fea de los incentivos comerciales y de estatus que conducen la experimentación no científica con seres humanos”.
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