«CRISPR es mucho, pero hay que atemperar expectativas».
El año 2016 continúa la estela de revolución en desarrollo que dejó en 2015 la técnica CRISPR CAS9 de edición genómica (ver AQUÍ en que consiste la técnica y sus posibles aplicaciones médicas). El llamado familiarmente copia-pega genético fue protagonista el año pasado en los Premios Princesa de Asturias y en los Jaime I, y no falta en las quinielas para el Premio Nobel que se fallará la próxima semana (suena tanto para Medicina como para Química). Fue también el descubrimiento del año para la revista Science, cuatro años después de que en 2012, por primera vez, se insinuara que el sistema Crispr Cas9 podría utilizarse como herramienta de edición génica de alta eficacia en cualquier organismo.
A lo largo de este año, las novedades en torno a una técnica se siguen sucediendo. Como dijo a DM en febrero el investigador español Francis Mojica, pionero en el descubrimiento y posterior interpretación de la herramienta, «CRISPR es la bomba, y eso que aún no está optimizada».
Suma y sigue
Las expectativas son tan altas que no faltan voces que piden tiempo y prudencia (ver AQUÍ), como las del propia Mojica y las del director del Programa de Biotecnología del CNIO, Fernando Peláez, que también habló para DM hace unos meses. Se mostró esperanzado con sus posibilidades, pero también pidió calma: «CRISPR es mucho, pero hay que atemperar expectativas».
En todo caso, la revolución está en marcha. Uno de los mayores expertos en edición genética, Chris Thorne, augura muchos cambios: «El sistema CRISPR que veremos en la clínica se parecerá poco al actual». A su juicio, esta técnica abrirá un abanico de posibilidades, con el tiempo, y se sumará a otras herramientas de edición genética conocidas hace más tiempo, como las nucleasas con dedos de zinc (ZFN) o las TALEN.
Tal y como ha contado en los últimos meses diariomedico.com, CRISPR no deja de evolucionar. El uso de interferencia por ARN, la modificación de la técnica con Crisp Cas9 para actuar sobre moléculas de ARN en células vivas, el desarrollo de una cepa de mosquitos antimalárica, el descubrimiento de que la edición genética podría causar mutaciones que fortalezcan el VIH y el inicio del primer estudio clínico con esta herramienta (desarrollado por un equipo de científicos de China en pacientes con cáncer de pulmón) son sólo algunos ejemplos de los titulares que genera CRISPR, un diamante en bruto que aún debe pulirse (Jose A. Plaza, Diario Médico, 2 de octubre de 2016).
Posibles riesgos de esta técnica ver AQUÍ
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